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El taller colombiano donde las mujeres confeccionan su futuro

En un rincón de Bogotá las mujeres cosen su futuro y el de su país. Lo hacen desde los talleres de una firma de bolsos confeccionados por mujeres en riesgo de exclusión social y laboral, y con los que se costea la educación de niñas sin recursos. Feminismo nacido de agujas e hilos.

Más de veinte mujeres trabajan codo con codo entre máquinas de coser, tijeras y agujas. De vez en cuando, una conversación se impone al ruido de los motores y el repiqueteo de los dedales, pero, por lo general, las costureras se comunican en lengua de signos.

Hace tiempo dos jóvenes sordomudas se incorporaron al taller y las demás quisieron aprender su idioma para poder enseñarles a coser.

Este es solo uno de los muchos gestos de colaboración femenina que tienen lugar cada día en las dos fábricas que trabajan para la firma L'Autre Sac, una empresa nacida entre la ciudad española de Barcelona y la capital colombiana.

Su fundadora, Mariana Féged, creó este proyecto para desarrollar su pasión por la moda y demostrar que "se puede ganar dinero haciendo algo bueno por la sociedad", explica a Efe.

Féged, nacida en Colombia y afincada en Barcelona desde 2014, elabora diseños bonitos, espaciosos y ligeros para las empresarias de Europa.

Cuenta con la ayuda de su "eterna cómplice", su madre, quien vigila desde Colombia la producción de las piezas. Bolsos solidarios que, a un lado del Atlántico, son meros accesorios, y al otro, son un salvavidas para quienes los confeccionan.

Todas han tenido una vida difícil. Algunas pasaron por un correccional cuando eran muy jóvenes, otras son madres solteras. Pero nada les impidió esquivar la exclusión social y laboral a la que parecían estar condenadas.

"Los únicos requisitos para contratarlas es que tengan buena actitud, ganas de aprender, disciplina y empeño", señala Féged, quien, antes de entrar en la esfera ejecutiva, estuvo involucrada "durante muchos años" en proyectos de desarrollo en Latinoamérica.

Fue allí donde nació su voluntad de crear una empresa "que tuviera una razón de ser social".

Por eso, además de velar por la igualdad, la diseñadora apuesta por la moda sostenible. Todas sus creaciones están hechas de Tyvek, un tipo de papel completamente reciclable, resistente y ligero que se utiliza en Estados Unidos para impermeabilizar las casas.

"Estaba obsesionada con un bolso bonito y que no pesara mucho, así que empecé a investigar y di con este material", cuenta Féged, quien durante sus años de trabajo en una multinacional se vio condenada a elegir entre bolsos estéticos pero incómodos para una mujer de negocios, y aquellos que resultaban más manejables pero "nada favorecedores".

Su compañía no solo ofrece comodidad a las clientas y seguridad a las trabajadoras, también vela por el futuro de las mujeres colombianas. Con cada venta, se destina parte de la recaudación a pagar un día de escuela a niñas de Los Cerros, un barrio de chabolas colombiano donde viven familias en situación de vulnerabilidad.

Para acceder a la beca, las beneficiarias deben ser mayores de 14 años, demostrar su interés académico y tener "una absoluta necesidad económica", explica la empresaria, que ya financia la educación de dos jóvenes, aunque confía en poder ver crecer la cifra.

Para completar esa formación, la diseñadora planea ahora fundar una red internacional de mujeres que ejerzan de "mentoras" de las niñas becadas, una "fuente femenina de inspiración" al alcance de las jóvenes.

Es otra muestra de sororidad (solidaridad entre mujeres) que, gracias al feminismo, contribuye a crear sociedades más igualitarias y tiende puentes entre las dos orillas del Atlántico.

FUENTE: EFE

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