El baño de tu mascota (perro o gato) fortalece el vínculo que ya mantienen, es más, ayuda a mantenerlo aseado y también conocer el estado de su pelaje y piel. Si te decidiste a realizar tú mismo el baño, antes que llevarlo con los expertos, sigue las siguientes recomendaciones para que ambos disfruten de ese momento.
Más que una recomendación, este es un consejo; desde temprana edad acostumbren al baño a su mascota, porque cuando son adultos es muy complicado, claro no tan pequeños, pero luego que son destetados por su mamá es aceptable.
El agua debe estar en una temperatura no tan fría, ni tan caliente; normal porque notarás de inmediato su impaciencia.
Los champús y jabones deben ser especialmente para animales, porque estos fueron creados especialmente para su tipo de piel y pelaje; a diferencia de los que nosotros utilizamos.
Debes de tener demasiado cuidado con sus ojos y oídos, para ellos es muy incómodo. Si para nosotros es horrible, cuando entra jabón a la vista imagínense; haciendo esto evitarás que desarrollen hongos, en sus oídos e irritaciones en los ojos.
Antes de terminar su baño, asegúrate de enjuagar correctamente y más si les colocas alguna sustancia contra las pulgas o garrapatas; recuerda que ellos utilizan su lengua para retirar el exceso de agua y pueden presentar alguna intoxicación si ingieren restos del producto.
Terminado el baño, ahora de seguro se sacudirá. Luego de esto debes tener en consideración una toalla para secarlo, que sea de su uso exclusivo: independientemente si tienen el pelaje corto o largo, ya que su lengua no llegará a todos lados. Si es un día soleado, no demora en secarse; si lo harás de forma artificial, el calor del secador debe ser bajo para que no queme su piel.
Este paso es solamente si tu mascota posee un pelaje largo. El peinado debe hacerse, con un cepillo especial para tu mascota; en el mercado existe una gran variedad, así que no tendrás problemas en encontrar el más cómodo para tu presupuesto. Y claro con cuidado para que no lo lastimes; al peinarlo, los ayudas a retirar el pelaje que ya mudó, así que no te asustes si se le calló una gran cantidad, pero si es demasiado y notas ausencia en su piel, es preferible que lo revise un veterinario.
Y finalmente la pregunta del millón ¿Con qué frecuencia debes bañarlo?. Con que lo bañes una o dos veces al mes es suficiente, claro dependerá de qué tanto se mantenga limpio, porque su olor, para nosotros los humanos es feo, pero para ellos es todo lo contrario.
Si ya hacías estos paso, en hora buena, eres un buen dueño, ¡Felicidades!
FUENTE: Diego Santamaría