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Ciencia y arte se funden en Panamá con primer museo de Gehry en Latinoamérica

Un amasijo metálico multicolor se erige imponente en una antigua zona militar estadounidense a la entrada del Canal de Panamá. Es un nuevo museo desde donde el arquitecto canadiense Frank Gehry hace un llamado a conservar la biodiversidad del planeta.

Unas amplias escaleras de cemento, bajo techos amarillos y rojo tinto, conducen al atrio de un edificio de formas geométricas superpuestas, pintadas de azul, naranja y verde, que han sido traídas de Asia, Europa y América.

La singular estructura de 4.000 metros cuadrados, ubicada en la capital panameña, aloja el Museo de la Biodiversidad. Es la primera obra de Gehry, de 85 años, en América Latina.

Su construcción, que comenzó en 2006, ha requerido hasta ahora una inversión de 94 millones de dólares, pero requerirá fondos adicionales para terminar dos salas inconclusas.

En las afueras, un niño contempla con la boca abierta las 20 clases de mariposas de colores que se pelean al aire libre el polen del mariposario, mientras un buque suena su bocina antes de entrar al paso interocéanico.

"Panamá necesitaba algo así porque somos algo más que el Canal", aseguró a la AFP un visitante, Ismael Barrera, tras recorrer las instalaciones.

El objetivo del museo, que se inaugura este martes, es mostrar el papel que tuvo el surgimiento del istmo panameño hace 3 millones de años en la evolución de las especies.

Según los científicos, el surgimiento de Panamá partió el océano y cambió las corrientes, induciendo cambios climáticos que secaron los bosques en África. Esto provocó que las selvas tropicales se convirtieran en sabanas, con lo cual muchos primates se quedaron sin su hábitat y se vieron forzados a vivir en el suelo.

El norte y el sur del continente americano fueron también sujeto a un gran intercambio de plantas y animales.

"La biodiversidad y su protección, y cómo Panamá causó un cambio climático de gran magnitud que cambió (el curso de) la evolución, inclusive la de los seres humanos, es el mensaje principal del biomuseo", dijo su director, Víctor Cucalón, a la AFP.

La visita al museo inicia en la "Galería de la Biodiversidad", donde talladas en madera se pueden ver diversas especies: la flor del espíritu santo, la guacamaya, la iguana, el perezoso, la rana amarilla o la tortuga carey.

Unas placas de colores indican el grado de amenaza de cada especie, algunas de las cuales ya han desaparecido del todo, mientras un mensaje advierte que la biodiversidad "declina más rápido que nunca" por la acción del ser humano.

Un oscuro pasillo da a la segunda sala: "Panamarama", donde durante seis minutos un video es proyectado en 10 grandes pantallas, algunas en el techo o en el suelo.

En la proyección se muestra la gran biodiversidad de Panamá, que con escasos 75.000 kilómetros cuadrados cuenta con más especies de aves, mamíferos y reptiles que Estados Unidos y Canadá juntos y más especies de plantas que toda Europa.

Una roca de 70 millones de años da la bienvenida a "El puente surge", la tercera sala del museo donde una escultura tectónica de 14 metros muestra la importancia del surgimiento del istmo.

También hay fósiles de animales que pasaron por el istmo hace millones de años: el perezoso gigante, el mapache oso, el tigre dientes de sable o el ave del terror de Ameghino.

En esta esquina, denominada "El gran intercambio", grandes y pequeños se toman fotos con las enormes réplicas de animales milenarios y sus descendientes actuales.

"Aquí niños y adultos se vuelven locos porque pueden tocar las esculturas. Incluso ya nos han pedido celebrar cumpleaños aquí y nos ha tocado bajar gente que se ha trepado en los animales", dijo a la AFP Nicole Rubatino, jefa de mercadeo del museo.

La visita concluye en "La Huella Humana", donde cuatro juegos de columnas muestran en fotografías las diferentes etapas históricas de Panamá al son de la música del compositor de jazz panameño Danilo Pérez.

El museo se abrirá con cinco de sus ocho salas. Las otras tres, incluido un oceanario, no estarán listas hasta dentro de un año y medio.

Célebre por el museo Guggenheim de Bilbao (España), el arquitecto canadiense-estadounidense también realizó, entre otros, la Casa Danzante de Praga y la Sala de Conciertos Walt Disney en Los Ángeles.

FUENTE: AFP