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Panamá celebra 196 años de la gesta santeña, del primer grito de ¡Libertad!

La madrugada del 10 de noviembre de 1821, los istmeños reunidos en La Villa de Los Santos atendieron al grito ¡Viva la Libertad!, que dio una moza veinteañera oriunda de Las Peñas (Llano Largo) y que selló el sentimiento independentista contra la corona española.

Esa fue Rufina Alfaro, para algunos historiadores, un personaje de leyenda; para otros la primera heroína del Istmo que tiene su gloria reconocida en las décimas cantadas y en el transcurrir de la historia, a pesar de que se reprocha la falta de su partida de bautismo.

“En esa histórica madrugada del 10 de noviembre de 1821, a la joven de Las Peñas, el destino le tenía otra tarea. Ella vio a la tropa del Mariscal Juan De La Cruz Murgeón recogiendo el ganado de Segundo de Villarreal, de los hermanos Salado, y de Henríquez, conocidos ganaderos de La Villa, corrió afanosa a la plaza, hoy llamada Simón Bolívar, y lanzó su grito”.

Así relata el ensayo: “Sustentación del Grito de Rufina Alfaro y la Independencia de Panamá de España”, bajo autoría del historiador y filósofo panameño, Álvaro Menéndez Franco y publicado en 2009 en la Revista Lotería.

Rufina Alfaro, según lo explica el dramaturgo y laureado actor Miguel Moreno, fue “una fugitiva de la gloria”: Su papel protagónico en este drama fue el de una campana de agudo repicar que alertó a la población de Los Santos de lo que estaba ocurriendo, referencia el historiador.

Un día antes del histórico grito, su hermana María Pio por orientación del padre Iturralde, había ingresado a la cocina del cuartel para entregar legumbres y huevos de gallina a las cocineras del ejército.

“La misión consistía en mojar las mechas de los fusiles que estaban en una habitación contigua. Todo indica que la moza de Las Peñas (hermana de Rufina) cumplió esta misión, puesto que, en la mañana del día 10, los soldados españoles no hicieron disparos y la guarnición se rindió ante los patriotas armados con machetes champas y palos”, y la gesta se dio sin derramar una gota de sangre.

Así fue como Alfaro, junto con otros patriotas como el ganadero don Segundo de Villarreal, su hermana María Pio Alfaro Mendieta y la Iglesia están entre los forjadores de la Independencia, tras años duros para el Istmo, dependiente de la colonia española.

Los problemas se conjugaron desde las irrupciones que empezaba a sufrir la Corona española por parte de Napoleón Bonaparte, que en aquella época obligó al Rey español Carlos IV a abdicar y traspasar la corona a su hijo el Príncipe Fernando VII.

La "tiranía"

Este y otros factores como la insatisfacción de los pueblos y el reclamo de la “tiranía” de los soldados españoles venían originando movimientos independentistas en la América controlada por España.

En su ensayo, Menéndez Franco detalla que antes del primer movimiento istmeño contra España, ya se había logrado forjar la Unión Centroamericana y estaba en pie la Gran Colombia, realidades que contagiaron en su alrededor, las ansias de zafarse del colonialismo.

Añade que los criollos rechazaban el decomiso de su ganado por orden del Mariscal Murgeón del que alertó Rufina Alfaro a los patriotas santeños. Esta amenaza y un Acta de los honorables concejales santeños para avalar la Independencia dio pie al histórico primer grito.

Seguido al ¡Viva la Libertad! de Rufina, el Consejo Municipal de Los Santos convocó, el mismo 10 de noviembre en la tarde, a un Cabildo Abierto en la Plaza Central, hoy Bolívar. Allí se sometió el Acta a consulta de los pobladores, dieciocho días después, Panamá se independizó de España.

Es así como Panamá, realza al pueblo santeño que hoy, recuerda un año más el heroísmo de sus patriotas, sobre todo en La Villa, comunidad fundada el 1 de noviembre de 1569 donde se dieron los acontecimientos, así como en el distrito de San Miguelito, en el corregimiento de Juan Díaz, al este de la Ciudad de Panamá y en el distrito de La Chorrera donde hay una marcada comunidad de santeños.

FUENTE: Irma Rodríguez Reyes