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No se prevén restricciones de armas en Texas tras tiroteos

Luego de que decenas de personas, incluidos infantes y adolescentes, fueron asesinados a tiros en sendas masacres en una iglesia de Sutherland Springs y una escuela secundaria de un suburbio de Houston, los republicanos del estado de Texas acudieron al Capitolio este año con la mira puesta en nuevas leyes de armas.

Pero su objetivo no era limitar el acceso a las armas o prohibir los fusiles de asalto, sino expandir los derechos a la tenencia de armas de fuego.

Luego de una sesión legislativa a favor de las armas que fue elogiada por la Asociación Nacional del Rifle (NRA por sus siglas en inglés), el gobernador Greg Abbott promulgó leyes que redujeron las restricciones sobre en qué sitios se podían portar armas, desde escuelas hasta iglesias, apartamentos y casas de adopción, y prohibieron que las ciudades impusieran sus propios límites a la venta de armas y municiones.

Después de la masacre del fin de semana en la que murieron 22 personas en un Walmart de la ciudad fronteriza de El Paso, perpetrada por un joven que portaba un fusil de estilo militar, hay pocas probabilidades de que los dirigentes republicanos del estado impulsen restricciones a las armas en una entidad apegada a ellas desde hace tiempo y que ha emitido casi 1,4 millones e licencias de armas, de acuerdo con expertos y activistas de ambos lados del tema.

La matanza se perpetró casi 21 meses después de la masacre de Sutherland Springs que dejó más de dos docenas de víctimas, y más de un año después del ataque en Santa Fe en el que 10 personas fueron asesinadas.

“Cuando los republicanos de Texas ven estas masacres, no culpan a las armas o a las leyes de armas. Culpan a la gente. Ellos responsabilizan a las instituciones, escuelas, familias, salud mental, pero no a las armas”, comentó Mark Jones, profesor de ciencias políticas de la Universidad Rice. “Si una masacre en una escuela y una masacre en una iglesia no cambian la opinión de la gente, la masacre en El Paso tampoco lo hará”.

La renuencia de Texas por endurecer las leyes de armas contrasta con la manera en que algunos estados de gobierno republicano han reaccionado a masacres similares.

Luego de un ataque en una escuela secundaria de Parkland, Florida, en 2018, el estado se convirtió en uno de más de una decena con leyes que, a grandes rasgos, permiten que las autoridades o familiares pidan a un juez que ordene confiscar o entregar las armas de alguien que sea considerado peligroso para sí mismo u para otras personas. Florida también aumentó la edad legal para comprar un arma de 18 a 21 años.

El martes, el gobernador de Ohio Mike DeWine propuso solicitar revisiones de antecedentes para casi todas las ventas de armas y adoptar una ley que permita retirar las armas a personas que no aptas para poseer una en el estado, donde un hombre mató a nueve personas en un distrito de Dayton horas después de la masacre en El Paso.

Texas no tiene restricciones en las ventas de armas y permite que los tenedores de licencias las porten abiertamente u ocultas. Las armas largas o fusiles, como el utilizado en la masacre de El Paso, pueden ser portadas en público. Alice Tripp, directora legislativa y cabildera para la Asociación Estatal del Rifle de Texas, una filial de la NRA, dijo que los texanos no seguirán las medidas que asuman otros estados en cuanto a leyes de armas.

“Somos más listos. Somos autónomos e independientes y buscamos la causa principal de los problemas”, comentó Tripp. “No seguimos a la gente que simplemente dice por fines políticos: ‘Debimos hacer esto o aquello’. Buscamos leyes que pudieron haber hecho una diferencia”.