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Las seis potencias e Irán apuran las últimas horas para llegar a un acuerdo

Irán y el grupo de seis potencias apuraron hoy las últimas horas de negociación antes de que termine el plazo el martes próximo para alcanzar un acuerdo que ponga fin a una década larga de conflicto nuclear con la República Islámica.

Todos los ministros de Exteriores del grupo internacional, formado por los cinco países con derecho a veto del Consejo de Seguridad (EEUU, Rusia, China, Francia y Reino Unido) y Alemania se encuentran desde la noche de hoy en Lausana para lograr un pacto nuclear con Irán.

El último en llegar hoy a Suiza fue el ministro británico, Philip Hammond, quien manifestó que un acuerdo es posible pero solo "si la bomba está fuera del alcance de Irán".

Un tratado, que el ministro alemán, Frank-Walter Steinmeier, consideró hoy como clave para evitar un nuevo conflicto en Oriente Medio, una región castigada ya por diversos enfrentamientos, como el más reciente en Yemen.

Según dijo el ministro germano, la paz mundial está en juego si no se logra un acuerdo nuclear, en el que todos han invertido tanto tiempo y esfuerzo.

Los ministros de Exteriores de las seis potencias se reunieron en la noche del domingo por primera vez en una plenaria desde que en noviembre de 2013 se firmara en Ginebra un acuerdo interino que abrió la vía para el complejo proceso negociador que debe concluir el próximo martes.

Para poder estar presentes en Lausana, los responsables de Exteriores de Estados Unidos, Francia y Alemania extendieron más allá de lo previsto su estadía en Suiza al cancelar sendos viajes que tenían previstos para el lunes.

Es que para mañana está prevista la primera reunión entre los iraníes y todas las grandes potencias, que podría resultar clave para alcanzar un acuerdo marco político, cuyos detalles técnicos y legales se deberían negociar en los siguientes tres meses.

Mientras que en Lausana los negociadores no se cansan de destacar su voluntad de seguir trabajando duro y de mostrar flexibilidad para alcanzar el acuerdo, los críticos de un posible pacto nuclear expresaron hoy su firme oposición.

El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, advirtió en Jerusalán del peligro que constituye lo que llamó un "eje Irán, Lausana, Yemen", que debe ser evitado a toda costa.

Asimismo, señaló que el acuerdo que se podría firmar en los próximos días es "peor de lo imaginado" por Israel, un país que se siente amenazado por las actividades nucleares de Irán.

En Washington, el líder del partido republicano, John Boehmer, advirtió de que el Congreso de Estados Unidos, dominado por su partido, adoptará nuevas sanciones si el acuerdo no frena la ambición nuclear del régimen iraní.

Mientras tanto, desde la Casa Blanca instaron a Irán a enviar al mundo una "clara señal" de su compromiso con un acuerdo nuclear.

"Es hora de que los iraníes envíen una clara señal a la comunidad internacional sobre si están dispuestos o no a cumplir los serios requisitos que se requieren", dijo el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, en una entrevista a la cadena ABC.

Una fuente cercana al proceso negociador indicó hoy a la prensa internacional en Lausana que "nada está cerrado todavía".

El debate sigue centrado en importantes detalles como la duración de la moratoria que se le impondrá a Irán en la investigación y desarrollo (I+D) nuclear, que podría durar entre 11 y 15 años.

Otro elemento delicado son las sanciones internacionales, impuestas por el Consejo de Seguridad de la ONU desde 2006.

Según se ha filtrado a la prensa desde algunas delegaciones, Irán habría aceptado una reducción notable del número de sus centrifugadoras para la producción de uranio enriquecido, un material de doble uso, civil y militar.

Actualmente, la República Islámica cuenta con unas 20.000 centrifugadoras instaladas, de ellas unas 10.000 en funcionamiento, que pasarían en el futuro a 6.000 o incluso menos.

La comunidad internacional teme que Irán tenga intenciones miliares bajo el paraguas de un supuesto programa nuclear civil.

Teherán rechaza estas alegaciones y exige ser tratado como cualquier otro país con un programa nuclear supervisado en el marco del Tratado de No Proliferación (NPT), ratificado en 1970.

El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) será el encargado de supervisar y verificar cualquier acuerdo.

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