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Más de 650 muertos y 900 desaparecidos en Filipinas

ILIGAN, Filipinas (AP). Una tormenta tropical sorprendió a numerosas personas mientras dormían en el sur de Filipinas, dejando más de 650 muertos, al menos 900 desaparecidos y estragos en dos ciudades costeras.

Cuando llegó el meteoro, una joven llamó a su casa desde la tienda en la que trabajaba para saber cómo estaban sus padres. Los celulares de éstos sólo sonaban y después se perdió el contacto.

Amor Limbago, de 21 años, se dirigió a toda prisa a su casa tan pronto como bajaron las inundaciones repentinas y confirmó el peor de sus temores: sus padres y siete parientes más ya no estaban, habían sido arrastrados de su choza ubicada en la ribera de un río.

Apenas días antes, toda la familia se había puesto de acuerdo para realizar en el lugar una pequeña cena de Navidad.

"Regresé y vi que nuestra casa había desaparecido totalmente", dijo Limbago entre lágrimas a The Associated Press desde la ciudad costera de Cagayán de Oro. "Sólo había lodo y aguas que llegaban a la rodilla en todo el lugar".

La tormenta tropical Washi se disipó el domingo tras dejar devastación en una amplia franja de la región montañosa en la isla de Mindanao, cuyos habitantes no están acostumbrados a meteoros de gran intensidad.

La mayoría de las víctimas dormían el viernes por la noche cuando las inundaciones aparecieron de súbito desde las laderas de las montañas. Las corrientes arrastraban troncos y árboles arrancados y causaban el desbordamiento de ríos, con resultado de al menos 652 muertos.

La tormenta tropical de finales de temporada azotó con mayor intensidad Cagayán de Oro y la ciudad de Iligan, cerca una de la otra, y las convirtió en terrenos yermos, cubiertos de lodo, vehículos volteados y árboles arrancados.

La mayoría de los muertos fueron niños y mujeres, dijo la secretaria general de la Cruz Roja filipina, Gwendolyn Pang. Más de 900 personas continúan desaparecidas, la mayoría en las dos ciudades, agregó.

Lawrence Cruz, alcalde de Iligan, dijo el lunes que sugirió hacer una fosa común debido a los temores de que se genere una emergencia sanitaria. Además de los cadáveres en descomposición, también hay reses muertas desperdigadas entre el lodo.

Varios líderes en todo el mundo, entre ellos la secretaria de Estado norteamericana Hillary Rodham Clinton, ofrecieron ayuda, y el papa Benedicto XVI dijo el domingo que oraría "por las víctimas, niños en su mayoría; por los que quedaron sin hogar, y por los numerosos desaparecidos".

La Oficina de Defensa Civil del gobierno estableció la cifra de fallecidos en 516, con 274 desaparecidos y 431 rescatados. Su director, Benito Ramos, dijo que espera que la cantidad de muertos aumente, y añadió que el conteo gubernamental es más lento porque las autoridades intentan identificar cada cadáver con el apoyo de los parientes.

El secretario de Defensa, Voltaire Gazmin, y funcionarios militares de alto rango viajaron a Cagayán de Oro e Iligan para supervisar las acciones de búsqueda y rescate, y ver la manera de atender a los miles de aldeanos desplazados.

Entre los artículos de necesidad urgente figuran ataúdes y bolsas para cadáveres, dijo Ramos.

"Es abrumador. No esperábamos tantos muertos", agregó, y también señaló que las autoridades siguen encontrando cuerpos flotando en el mar.

Miles de soldados con apoyo de centenares de policías, reservistas, efectivos de la guardia costera y voluntarios civiles fueron movilizados para las labores de rescate y limpieza en las dos ciudades costeras.

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