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Las estadísticas, un medio ya probado en la búsqueda del avión de Malaysia Airlines

Analistas estadísticos estadounidenses, que ya pudieron localizar las cajas negras del vuelo Rio-Paris de Air France en el océano Atlántico, comenzaron a trabajar sobre el avión desaparecido de Malaysia Airlines.

La ayuda de Metron, una firma de asesoramiento científico de Reston (Virginia, este) a 30 km al norte de Washington, no recibió encargo de nadie para encontrar el Boeing 777 desaparecido, pero los científicos se pusieron a trabajar, en base a informaciones públicas.

"Tratamos de encontrar todos los datos posibles para hacer una estimación", dijo el miércoles a la AFP Van Gurley, responsable de la división de matemática aplicada de la empresa, "la daremos a quien la quiera".

Fundada en 1982, la firma emplea a 170 personas, entre ellos numerosos matemáticos y estadísticos, realiza análisis matemáticos para materiales utilizados en seguridad nacional, como los sistemas de sonar.

La empresa también desarrolló un sistema de investigación para los guardacostas estadounidenses en base a un teorema descubierto por un estadístico y filósofo inglés del siglo XVIII, Thomas Bayes.

"Es un método que obliga a estudiar toda la información posible sobre un problema y darle un índice de confianza", explicó.

Un poco como cuando uno busca llaves perdidas en una casa y elimina el granero, donde no va jamás, concentrándose primero la búsqueda en la cocina, donde va todos los días, y donde la probabilidad de encontrarlas es más alta, resumió.

Ningún dato es descartado y a medida que una información es confirmada -por ejemplo una parte del objeto buscado- la probabilidad de localizar ese objeto aumenta.

En el caso del vuelo Rio-París de Air France, que cayó al mar en 2009 con 228 personas a bordo, se trataba de encontrar las cajas negras.

La Oficina de Investigaciones y Análisis, encargada de la investigación había solicitado a Metron localizar el lugar más probable, que se confirmó con el descubrimiento de las cajas negras por medio de aparatos submarinos en mayo de 2011.

Pero en ese caso, la búsqueda, con la posterior localización de restos del avión una semana después del accidente, se concentró en un radio de 130 km, dijo Gurley.

Una superficie comparable a la de una cabeza de alfiler en relación a la zona del océano Indico, donde "122 posibles objetos" del avión podrían haber sido localizadas por satélites, según las autoridades malasias.

"Todo el mundo quiere saber dónde está, y la respuesta es: no sabemos nada", subrayó Gurley ante la pantalla de su computadora en la que se dibujaban las zonas de búsqueda.

Triángulos verdes representaban en ella a los buques que se encuentran en el lugar, según datos brindados por exactEarth, una firma canadiense que registra los movimientos de los barcos en el mundo en tiempo real, utilizando señales satelitales.

La zona de búsqueda mostraba el miércoles solamente tres triángulos, representando a los navíos australianos que tratan de localizar los restos del avión.

Gurley admite que el teorema de Bayes no garantiza el éxito de la empresa.

Si bien los guardacostas logran con frecuencia encontrar por ejemplo un pescador que cae al mar, el sistema no permitió por el contrario localizar al aventurero Steve Fossett, desparecido en 2007, cuando volaba sobre California. Su cuerpo fue encontrado un año después por un excursionista.

En cuanto a las probabilidades de encontrar el Boeing desparecido, sin hablar de las causas del accidente, la tecnología lo permite, afirma el ingeniero.

"Podemos explorar el fondo del océano en esta parte del mundo", señala, "pero la tarea es inmensa, sería una cuestión de tiempo y voluntad".