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Surgen miles de nombres rusos en el caso Mossack Fonseca

Los miles de nombres rusos en una lista de empresas en el extranjero indican que la campaña del presidente Vladimir Putin para reprimir esas entidades es ineficaz, dicen varios expertos, y ponen de relieve que enviar las riquezas al extranjero es uno de los pocos recursos para impedir que caigan en mano de funcionarios corruptos.

Una base de datos publicada por periodistas investigadores el lunes reveló que más de 6.000 ciudadanos y personas jurídicas rusas poseen o administran compañías en el extranjero a través del bufete panameño Mossack Fonseca. Los datos, que abarcan dos decenios, muestran que ese número no ha disminuido a pesar de los esfuerzos del gobierno.

Los documentos han provocado indignación e investigaciones en los países occidentales, mientras que en Rusia la reacción ha sido más bien discreta. Medios de prensa internacionales con acceso a la base de datos completa dicen que sale a la luz una red de amigos de Putin que manejan enormes sumas, presuntamente para el presidente. Moscú lo descarta por tratarse, dice, de conjeturas.

Más allá del círculo íntimo de Putin, los datos muestran que miles de rusos —no solo magnates sino también dueños de empresas medianas— utilizan las compañías en el extranjero. La cifra récord de 151.100 millones de dólares en capitales se fugó de Rusia en 2014, cuando las sanciones provocaron pánico. Unos 57.000 millones salieron el año pasado.

En medio de los problemas económicos rusos, Putin ha anunciado con bombos y platillos sus intenciones de reprimir a las compañías en el extranjero porque ayudan a evadir impuestos.

En marzo del año pasado, un año después de la anexión de Crimea y la imposición de sanciones por Estados Unidos y la Unión Europea, Putin emitió una advertencia pública a una reunión de magnates en un lujoso hotel de Moscú: traigan el dinero de regreso a Rusia, no sea cosa que se lo quiten los gobiernos extranjeros". Según el multimillonario Oleg Deripaska, quien asistió a la reunión, Putin dijo: "Háganlo de una vez y para siempre y nadie podrá reprocharles nada".

En junio, Putin sancionó una ley de amnistía financiera según la cual los fondos regresados al país no pagarían impuestos y sus dueños no serían demandados. Seis meses después, apenas un centenar de personas regresaron sus fortunas al país bajo la ley de amnistía, y se extendió la vigencia de la norma un año más, hasta julio de este año.

Los miles de nombres en los llamados Papeles de Panamá sugieren que la campaña no ha tenido grandes resultados.

Roman Anin, uno de los periodistas investigadores que estudiaron la filtración de Mossack Fonseca, dice que la reacción en Rusia fue tan discreta porque los empresarios recurren a la jurisdicción extranjera por razones fundamentalmente distintas a las de los europeos occidentales. Ellos no buscan evadir, no los impuestos sino a los funcionarios corruptos.

"No confían en las cortes rusas, la policía ni en las demás instituciones", escribió en un ensayo en Novaya Gazeta. "Sus firmas en el extranjero no son señal de una buena vida sino de una de las pocas posibilidades de proteger su propiedad".

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