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Un "Plan Marshall" para arreglar los miles de boquetes de las calles de Roma

Roma ha decidido comenzar a tapar los numerosos boquetes de sus calzadas con un proyecto de urgencia que pretende cubrir 50.000 agujeros en un mes y que su alcaldesa, Virginia Raggi, ha calificado de "Plan Marshall para las calles".

De momento, se van a destinar 17 millones de euros para resolver gran parte del estado "crítico" en que están sumidas sus calles, según ha adelantado la responsable de infraestructuras de Roma, Margherita Gatta, en un comunicado.

Gatta admite que en la capital "hay tantos agujeros, que no son cuantificables" y achaca la situación por una parte a la falta de mantenimiento de las administraciones precedentes y por otra al "mal tiempo" del último mes.

Lo cierto es que ya antes de que la ciudad se cubriese de nieve a finales de febrero, una carretera en la zona de Balduina, bajo la cual se estaban llevando a cabo unas obras, se hundió formando un enorme socavón y se tragó ocho vehículos.

Un guión similar al que se ha repetido en diferentes emplazamientos en los últimos días.

Un coche en el barrio de Monteverde y dos en el de Appio Latino cayeron también después de que parte de otra carretera se hundiera.

Hasta ahora los ciudadanos han presentado 850 solicitudes de indemnización por daños y perjuicios y la asociación de consumidores Codacons ha elaborado una clasificación con los nombres de las calles que presentan un aspecto desastroso.

El responsable de prensa de Codacons, Stefano Zerbi, explicó a Efe que la lista la encabeza la vía Ardeatina, seguida de la de Casilina y Cristoforo Colombo.

La asociación cifra en torno al millón y medio de euros la cantidad que el ayuntamiento tendría que pagar a los conductores por daños en las llantas, neumáticos, suspensiones rotas y otros deterioros sufridos en sus coches y motocicletas, apunta Zerbi.

A su juicio, el plan anunciado "no vale absolutamente de nada", pues lo que hace falta es "una intervención estructural".

Coincide en ello el taxista Massimo Mariani, de 23 años, para quien es necesaria la "reconstrucción total" de las carreteras y no "solo tapar el agujero", pues "la lluvia y el peso del trafico lo vuelven abrir".

Lo mismo pidieron los ciudadanos de la zona de Ostia, en el litoral romano, que salieron recientemente a la calle para exigir una solución rápida y efectiva.

Pero la cuestión no se circunscribe únicamente a la ciudad eterna y también alcanza otras urbes italianas como Florencia y Milán.

Esta última ha puesto en marcha un plan para reforzar la seguridad vial y arreglar los socavones de sus calzadas, tal y como anunció su asesor de Movilidad y Medio Ambiente, Marco Granelli.

Además, ha dispuesto un teléfono al que los ciudadanos pueden llamar para señalarlos.

En el caso del consistorio lombardo el monto asciende a treinta millones de euros y las intervenciones previstas son solo trescientas.

Mientras, en la capital de Italia, voluntarios de la asociación Tappami se afanan por reconstruir los socavones, cuya existencia, parodiada en las redes sociales, favorece la creación de auténticos embalses en las carreteras cuando llueve.

Para el motorista Fabrizio Dolci se trata de uno de los "problemas principales" de Roma, "más importante que el de la basura, pues ésta no provoca incidentes físicos a las personas", juzga.

El conductor profesional Gabriele Mancini por su parte se queja de la espalda, una dolencia que ya sufría pero que, asegura, se le ha "incrementado" a causa de las hendiduras en los cuatro años que lleva al volante.

Ambos, sin embargo, confían en el proyecto municipal.

"Poco a poco van reconstruyendo las calles", dice Dolci, a lo que Mancini añade: "La vía Gregorio VI ya la han hecho entera nueva".

Por el momento, los esfuerzos de los conductores por esquivar los socavones continúan y también el baile durante los viajes al son del tintineo de los baches.

FUENTE: EFE