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La ONU advierte que las evacuaciones en R. Centroafricana deben ser puntuales

La evacuación de minorías religiosas para proteger su vida debe ser una medida de último recurso y llevada a cabo tras consultar a los afectados y de conformidad con las normas internacionales, advirtieron hoy dos relatores especiales de Naciones Unidas.

Los relatores especiales sobre los derechos de las personas desplazadas, Chaloka Beyani, y sobre los derechos de las minorías, Rita Izsák, advirtieron hoy de que a pesar de la situación tan extrema como la que se vive en República Centroafricana, la decisión de evacuar a un grupo de personas debe ser tomada por los propios afectados.

"El dilema entre quedarse y arriesgar la vida o ser evacuados es muy difícil -asumieron los relatores- es por eso que las evacuaciones deben hacerse caso por caso, y con el consentimiento de los afectados".

"Una evacuación sólo debe llevarse a cabo en caso de que sea absolutamente necesario para salvar vidas, pero ésta debe ser sólo de corto plazo y con una perspectiva de volver al hogar".

Dicho esto, los relatores dejaron claro "que aunque se queden o aunque sean evacuadas estas personas deben ser protegidas urgentemente, y consultadas sobre lo que les ocurrirá a corto, medio y largo plazo".

A principios de mes el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) anunció que comenzaría a evacuar y reubicar a unos 19.000 centroafricanos de confesión musulmana para evitar que fueran asesinados por las milicias civiles cristianas "Anti-Balaka".

Las milicias cristianas "Anti-Balaka" se enfrentan desde el pasado diciembre a los partidarios de los grupos rebeldes Séléka (de confesión musulmana), que habían llegado al poder mediante un golpe de Estado en marzo del pasado año.

Las milicias cristianas buscan venganza por los abusos cometidos por el grupo Séléka mientras estuvo en el Gobierno del país, y están en casi todas las comunidades porque se crearon como grupos de autodefensa.

La violencia entre los dos grupos ha causado al menos 2.000 muertos.

Sobre el terreno hay 6.000 militares desplegados procedentes de las fuerzas proporcionadas por la Unión Africana y por el Ejército francés, y el Consejo de Seguridad de la ONU ha autorizado el despliegue de unos 12.000 cascos azules, aunque estos aún deben ser designados (los países tienen que aportar contingentes) y no se espera que puedan estar sobre el terreno antes de septiembre.

Precisamente, Beyani lamentó que el despliegue de los cascos azules no se haga hasta septiembre, cuando las necesidades de protección urgen.

"Las personas necesitan protección eficaz e inmediata ahora", concluyó.

La crisis ha generado 760.000 desplazados internos y más de 300.000 refugiados (muchos de ellos musulmanes) en países vecinos, lo que a su vez ha causado problemas en países como Chad, Camerún y República Democrática del Congo.

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