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Museo recupera del pasado primera y centenaria central eléctrica de Asunción

La primera central eléctrica de Paraguay, instalada en 1913, es ahora un museo que busca retratar el avance tecnológico en generación de energía antes de la llegada de las hidroeléctricas, cuando la leña y el fuel oil eran los encargados de iluminar la ciudad y mover sus tranvías.

Las primeras calderas inauguradas entonces se imponen como verdaderos colosos de metal en ese museo, ubicado en el centro de Asunción, en el mismo lugar donde se inició la producción industrial de energía eléctrica en Paraguay, que hasta entonces era un lujo reservado para familias que podían permitirse la adquisición de pequeños generadores.

Pasillos subterráneos similares a catacumbas, que hoy pueden ser recorridos por los visitantes, eran los oscuros espacios donde los operarios trabajan bajo altas temperaturas y condiciones precarias para alimentar las gigantes calderas con paladas de leñas que se convertían en electricidad.

"Podemos suponer que la inauguración (de la central) se produce por los años 1913, digo suponer porque tenemos poca información la mayoría de las informaciones que tenemos o que se administraba desde Buenos Aires (Argentina), dijo a Efe el ingeniero Alberto Maricevich, responsable del museo.

Recordó que fue el ingeniero italiano Juan Carosio que vio una oportunidad de negocios en Paraguay y obtuvo la concesión para producir energía y adquirir los tranvías, sustitutos del transporte con mulas y similares a lo que ya tenían Brasil y Argentina.

"Para elevar un poco el estatus de nuestro país lo importante era cambiar el sistema que teníamos de transporte que consistía en carritos estirados por mulas y suplirlo por los tranvías que eran el boom de la época entre 1910 y 1911", añadió.

El ingeniero explicó que durante ese periodo la energía se obtenía mediante el vapor de agua que era calentada gracias a la leña que llegaba en barcos desde el Chaco paraguayo hasta la central instalada junto al río Paraguay, en el barrio Sajonia de Asunción, donde está el museo.

Sin embargo, después Carosio se vio imposibilitado de seguir con el proyecto por la falta de recursos económicos y vendió la concesión y las primeras calderas a los industriales británicos que trabajaban con el ferrocarril en Paraguay.

"Posteriormente en 1919 Carosio forma la Compañía Americana de Luz Tracción (CALT), vuelve a Paraguay y adquiere nuevamente la concesión de los ingleses, y eso sigue hasta que fue nacionalizada en 1948", dijo el ingeniero.

La CALT es la antecesora de la actual Administración Nacional de Electricidad (ANDE), que nació tras nacionalización de la primera por los constantes problemas gremiales y la intermitencia en la provisión de energía.

Así, la central funcionó hasta 1986, en sus últimos años como apoyo de la hidroeléctrica Acaray, instalada en 1968, para abaratar los costos elevados de energía producto de la compra de leña y fuel oil.

Maricevich señaló que en 2013, cien años después de su apertura, la central se abrió de cara a abrir el actual museo y el futuro parque tecnológico de la Ande.

"En 1913 se inaugura (la central) y en 2013 el presidente de la ANDE emite la resolución por la cual considera de interés institucional la restauración de esta usina para que pueda ser transformada en el museo de la electricidad", explicó.

Un museo donde se puede apreciar el avance tecnológico de la generación de energía, que año a año, de acuerdo a las necesidades, iba adquiriendo maquinarias desde Alemania, Suiza o Brasil para mantenerse siempre a la altura de la demanda de una Asunción que crecía en población.

"No simplemente pretendemos hacer un simple museo donde la gente pueda venir a ver cosas viejas o antiguas (...), nuestra idea es que la gente pueda venir a aprender de cómo se genera una energía eléctrica en un sistema como el que tenemos de usina térmica", concluyó.

FUENTE: EFE