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Mozambique, Zimbabue y Malaui aún necesitan ayuda un mes después del ciclón

Un mes después del impacto del ciclón Idai, que causó más de mil muertos en Mozambique, Zimbabue y Malaui, el regreso de supervivientes a sus casas contrasta con la necesidad de ayuda humanitaria que aún requieren unos dos millones de personas.

"Está claro que Malaui, Mozambique y Zimbabue no pueden afrontar unas consecuencias tan devastadoras por si solos. Si bien la comunidad internacional ha estado enviando ayuda y asistencia, esto no es suficiente", recalcó hoy en un comunicado la directora regional de Amnistía Internacional (AI) para el sur de África, Deprose Muchena.

De los 390 millones de dólares requeridos para responder a esta catástrofe, cuyo mayor daño se sintió en Mozambique -donde el ciclón destruyó ciudades enteras como Beira (centro) y dejó a más de 1,85 millones de personas en riesgo de inseguridad alimentaria-, hasta la fecha solo se han recibido 88 millones, según AI.

"Miles de personas luchan todavía por cubrir sus necesidades básicas, ya que padecen escasez de alimentos, riesgos para la salud y falta de acceso a agua potable", detalló Muchena, en un contexto en el que la mayoría de infraestructuras, como hospitales e instalaciones de saneamiento, siguen dañadas.

El número total de muertos causados por Idai, considerado el peor desastre natural de la historia reciente en el sudeste de África, supera ya el millar en los tres países afectados: 603 en Mozambique, 344 en Zimbabue y 56 en Malaui.

Además, al menos un millón de niños en Mozambique, 443.000 en Malaui y 130.000 en Zimbabue dependen todavía de la ayuda humanitaria, según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).

Otro problema añadido es que el estancamiento de aguas originado por el ciclón ha provocado cerca de 5.000 casos de cólera sólo en Mozambique.

Aunque los casos de esa enfermedad parecen haber remitido en los últimos días, según la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (FICR), el riesgo de epidemia continúa presente mientras no se garantice "agua potable y saneamiento" a todos los afectados.

"Todavía hay mucho trabajo por hacer, pero algunos de los peligros más inmediatos ya han pasado", reveló el jefe de operaciones de emergencia de la FICR en Beira, Florent del Pinto, quien confirmó que "los nuevos casos de cólera están disminuyendo".

El pasado 3 de abril comenzó una campaña de vacunación contra el cólera organizada por las agencias de la ONU y el Gobierno mozambiqueño, tras la llegada de unas 900.000 dosis al país, donde ya han muerto al menos nueve personas a causa de este brote.

Esa enfermedad suele surgir en este tipo de crisis en las que los supervivientes sufren deshidratación y se ven obligados a ingerir agua contaminada, lo que puede ocasionarles fuertes diarreas y vómitos.

Por otro lado, el Gobierno de Mozambique confirmó que el número de personas presentes en los centros de reubicación se ha reducido a la mitad en los últimos días, y entre esos afectados la Cruz Roja de Mozambique y organizaciones asociadas han distribuido suministros esenciales como lonas y agua potable.

"Estamos ahora comenzando a ver los primeros brotes verdes de recuperación en el área central de Mozambique", aseguró el director de Programas de la Cruz Roja en Mozambique, Titus Queiroz dos Santos.

"Los supervivientes de este desastre todavía están sufriendo, pero muchos ya están decididos a regresar a sus casas y reconstruir sus vidas", continuó dos Santos, quien adelantó que la FICR está trabajando en la implementación de un programa de recuperación de 24 meses centrado en vivienda, salud y medios de subsistencia.

El ciclón Idai tocó tierra el pasado 14 de marzo cerca de la ciudad costera de Beira, para desplazarse un día después a Zimbabue; si bien antes ya había ocasionado estragos en Malaui -donde causó al menos 59 muertos- en forma de tormenta tropical.

Las Naciones Unidas llegaron a situar esta catástrofe natural en la categoría de máxima urgencia (nivel 3) al igual que las crisis humanitarias de Yemen y Siria, si bien matizó que "no son situaciones comparables" debido a la extensa duración y mortandad de ambos conflictos armados.

FUENTE: EFE