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Kuwait apuesta por la unidad y se moviliza para prevenir nuevos atentados

Kuwait, considerado el país más abierto del Golfo, apuesta por la unidad nacional para intentar tranquilizar a la comunidad chiita, una semana después del atentado contra una mezquita reivindicado por el grupo Estado Islámico (EI).

Los chiitas, que representan un tercio de los aproximadamente 1,3 millones de ciudadanos del rico emirato petrolero del Golfo, se quejan de discriminación en este país gobernado por una dinastía sunita.

El atentado suicida cometido el 26 de junio por un kamikaze saudí contra la mezquita Al Imam Al Sadeq durante la oración semanal causó 26 muertos y fue reivindicado por el grupo extremista sunita EI.

El emir, jeque Sabah al Ahmad Al Sabah, acudió al lugar minutos después del atentado y ordenó considerar a las víctimas como mártires de la nación, una iniciativa bien acogida por los chiitas.

"Ellos (los autores del atentado) querían atizar un conflicto entre dos confesiones pero se encontraron con una sola religión y un pueblo unido", declaró el presidente del parlamento, Marzuk al Ghanem, al recibir a los familiares de las víctimas del atentado.

"El pueblo kuwaití dio un nuevo ejemplo de unidad nacional. Nos hemos unido como cuando la invasión iraquí" del emirato en 1990-91, afirmó el dignatario de mayor rango de la mezquita golpeada por el atentado, jeque Abdala al Mazeedi.

Según el diputado chiita Yusef al Zalzalah, los kuwaitíes "transmitieron un mensaje a los terroristas para decirles: no podréis nunca dividir a nuestra sociedad".

El analista kuwaití Dhafer al Ajmi asegura el atentado ha unido a los kuwaitíes. "Creo que este grave atentado ha contribuido ampliamente al refuerzo de la unidad nacional".

"La sociedad kuwaití está más inmunizada que las de otros países del Golfo por la democracia y el alto nivel de libertades", comentó a la AFP.

Durante un debate parlamentario esta semana, varios diputados chiitas afirmaron que el gobierno deberá hacer más para poner fin a la discriminación y luchar contra el extremismo.

El analista Abdelwahed al Jalfan, un chiita, advierte que "los chiitas kuwaitíes están frustrados porque el gobierno no hace lo suficiente por contener las incitaciones confesionales contra ellos".

"En Kuwait hay personas que financian el terrorismo y que luchan con el EI. Es importante que el gobierno deje de ser indulgente con los extremistas y tome medidas de seguridad eficaces", añadió a la AFP.

Tras el atentado, las autoridades detuvieron a cinco sospechosos, que serán juzgados.

El emirato se declaró en estado de guerra contra "el terrorismo". Puso sus fuerzas de seguridad en estado de alerta, revisó su plan de seguridad y reforzó las medidas en las instalaciones vitales para el país, como las petroleras.

Y el parlamento adoptó el miércoles una ley que ordena pruebas ADN obligatorias a todos los habitantes del emirato para ayudar a las agencias de seguridad en las investigaciones criminales.

Los diputados aprobaron asimismo una financiación de urgencia de 400 millones de dólares para el ministerio del Interior.

Pero el miedo a los atentados persiste: "¿Qué garantías hay de que no se cometerán nuevos atentados?", preguntó en el parlamento el diputado independiente Jamal al Omar, resumiendo la sensación mayoritaria entre la población.

"Necesitamos una agencia de gestión de crisis (...) y el gobierno deberá instaurar un consejo de guerra", añadió.

"No podemos decir realmente que éste haya sido el último ataque terrorista en Kuwait", declaró el parlamentario liberal Rakan al Nasef.

El EI amenazó con atentar de nuevo en la región. El jueves, los ministros de Interior de las seis monarquías del Golfo se comprometieron a hacer un frente común contra los grupos extremistas, una "amenaza para la seguridad y la estabilidad" de sus países.

FUENTE: AFP