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Jefe de policía de NY desaprueba actitud de agentes en funeral de colega

El jefe de la Policía de Nueva York, Bill Bratton, calificó el domingo como "muy inapropiado" el comportamiento de los policías que dieron la espalda al alcalde de la ciudad en el funeral de un colega asesinado.

Decenas de miles de policías asistieron el sábado en Nueva York (este) al funeral de Rafael Ramos, uno de los dos policías ultimados a sangre fría el 20 de diciembre en el distrito de Brooklyn.

Pero cientos de ellos se colocaron de espaldas a las pantallas gigantes apostadas afuera de la iglesia donde tuvo lugar la ceremonia cuando tomó la palabra el alcalde de la ciudad Bill de Blasio.

De Blasio ha sido muy criticado por algunos policías --que incluso lo acusaron de tener sus manos manchadas de sangre--, quienes consideran que no les dió suficiente apoyo durante los numerosos eventos que ocurrieron en Estados Unidos este verano boreal en protesta por la violencia policial.

"El funeral fue en honor del oficial Ramos, y hacer política o introducir otros problemas en este caso creo que fue muy inapropiado, y no lo apoyo", dijo Bill Bratton a la cadena de televisión CBS.

De Blasio "es el alcalde de Nueva York. Estaba allí para representar a la gente de Nueva York y para expresar sus condolencias por esta muerte", continuó Bratton. "Al mismo tiempo, (lo que ocurrió) es lamentablemente reflejo de los sentimientos de algunos de nuestros oficiales de policía".

Las protestas, algunas violentas, se multiplicaron en Estados Unidos este verano boreal tras la muerte de varios hombres negros desarmados por parte de la policía. Los eventos reavivaron las tensiones raciales en el país.

"No se puede negar que dentro de la comunidad negra existen esos temores", dijo Bratton a la NBC. "Esto debe ser debatido", continuó, agregando que no se trataba simplemente de un problema racial, sino también de pobreza, clase social y desempleo.

Rafael Ramos, de 40 años, y su colega Wenjian Liu, de 32 años, fueron ultimados en su patrulla estacionada en una calle de Brooklyn por un hombre negro, que había dicho querer vengar a Michael Brown y Eric Garner, dos negros muertos en manos de policías blancos.

El alcalde de Nueva York dijo públicamente que había pedido a su hijo mestizo afroestadounidense ser especialmente prudente durante cualquier interacción con la policía.