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Jefe de la ONU critica los límites en UE para aceptar refugiados

El secretario general de Naciones Unidas, Ban ki-Moon, criticó el jueves las restricciones a la entrada de refugiados en Europa y afirmó que tienen un "impacto negativo" en los compromisos con el derecho internacional.

Ban no mencionó a ningún país en su discurso del jueves ante la cámara baja del Parlamento austriaco. Pero considerando el lugar donde se expresaron, sus palabras parecían aludir al menos a las iniciativas austriacas para reducir y restringir la entrada de migrantes.

Estaba previsto que la cámara alta votara ese día una propuesta de ley que permitiría a las autoridades detener la recepción de solicitudes de asilo en las fronteras si fuera necesario para "mantener el orden público y... proteger la seguridad interna". En lugar de procesar las peticiones, los solicitantes de asilo se verían rechazados.

El borrador también ordena un "asilo temporal" para todos los migrantes que han pedido asilo desde el 15 de noviembre. Tendrían que marcharse de Austria después de tres años si las autoridades determinan que su país natal vuelve a ser seguro. Si no, su situación podría alargarse de forma indefinida.

La legislación propuesta también complica la reunificación familiar de los que obtienen asilo.

Ban expresó su preocupación por "que los países europeos estén adoptando ahora políticas de inmigración y refugiados cada vez más restrictivas", lo que podría plantear un conflicto con los compromisos de derechos humanos firmados por esos países dentro del derecho internacional y europeo.

"Tenemos un principio legal y moral de ayudar a los que huyen de la guerra, de las violaciones de derechos humanos y la persecución", dijo Ban a los parlamentarios.

Human Rights Watch ha criticado en un comunicado la propuesta de ley austriaca, afirmando que instaura "un muro legal al asilo tan despreciable como una cerca de alambre de cuchillas".

Austria adoptó una actitud hospitalaria a los migrantes el año pasado, pero ha ido añadiendo fuertes restricciones tras aceptar unas 90.000 solicitudes de asilo.

El país inició este año el cierre de la ruta migrante de los Balcanes Occidentales, que utilizaban los que viajaban hacia el norte desde Grecia con la esperanza de instalarse en Austria y otros países prósperos de la UE. También reintrodujo los controles de fronteras y redujo a 37.500 personas el número de solicitantes de asilo a los que aceptará cada año.