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Italia se prepara a enterrar los muertos del sismo

Italia empezó a enterrar los muertos del devastador sismo que arrasó la madrugada del miércoles tres aldeas del centro de la península y que mató a al menos 278 personas, mientras los derrumbes en la zona complican la asistencia a los supervivientes.

En Pomezia, una localidad a unos 20 kilómetros al sur de Roma, se llevó a cabo este viernes el funeral privado de siete personas en una ceremonia a la que no asistieron las autoridades nacionales.

Los equipos de rescate seguían buscando posibles sobrevivientes entre los escombros pese a que se redujo la esperanza de encontrar personas vivas y se extraen sólo cadáveres.

Italia declaró el sábado día de luto nacional cuando se celebrarán los funerales de cincuenta víctimas del sismo en Arquata del Tronto, una de las tres aldeas más afectadas.

A la ceremonia, que se realizará en Ascoli Piceno, asistirán el presidente de la República, Sergio Mattarella y el primer ministro Matteo Renzi.

Dos días después del terremoto sigue temblando y en cada sacudida nuevos muros se derrumban y muchos temen quedar aislados por las grietas en los puentes de acceso a las aldeas de montaña devastadas por el sismo.

Muchos caminos a través de la montaña están bloqueados por las autoridades que están verificando y trabajando con pequeñas aplanadoras para garantizar la movilidad.

Decenas de réplicas registradas durante toda la noche, incluyendo una de 4,8 de magnitud a las 6H00 (0400 GMT), generaron pánico entre los damnificados y socorristas.

"Las últimas réplicas han agravado la situación. En la carretera regional, el puente de tres arcos que lleva a Amatrice lo tuvieron que cerrar y el camino garantiza ayuda y víveres para todo un sector de casas que está bloqueado. Están verificando si se puede autorizar el paso", explicó a la AFP Mauro Savi, topógrafo de la provincia de Rieti.

Según el último informe de Protección Civil, el número de muertes tras casi 70 horas del terremoto subió a 278, mientras que 388 heridos se encuentran hospitalizados.

En total 238 personas fueron extraídas con vida de los escombros desde la madrugada del miércoles, cuando a las 03H38 (01H38 GMT) un sismo arrasó con tres poblados de montaña del centro de Italia.

La portavoz de Protección Civil, Immacolata Postiglione, precisó que no fueron hallados sobrevivientes durante las excavaciones de la noche del jueves y sólo fueron extraídos cadáveres.

"No hay nadie bajo los escombros aquí, tal vez en Amatrice todavía hay esperanza de encontrar a alguien", aseguró esperanzado a la AFP un sobreviviente, Fabrizio Mecozzi, de la aldea de San Lorenzo Flaviano.

Tanto en el frío de la noche como bajo el calor sofocante del día, los socorristas excavan sin cesar bajo los cúmulos de piedras y desechos.

La incógnita sobre el número de desaparecidos pesa, ya que en esos pueblos pintorescos y turísticos la población se triplica en verano y es difícil establecer cuántas personas estaban presentes en el momento de la tragedia.

Al menos ocho extranjeros murieron, según informa la prensa local: tres británicos, dos rumanos, una española, un canadiense y una salvadoreña.

La embajada de El Salvador en Roma confirmó el deceso de Rosaura Valiente Oviedo en Amatrice, el pueblo que fue borrado por el sismo, mientras el hijo, Roberto Valiente, fue rescatado con vida entre los escombros.

Los gestos de solidaridad siguen aumentando, y además de filas para donar sangre o dinero, se registran en distintas ciudades iniciativas culinarias ofrecidas por chefs y cocineros italianos, entre ellas la campaña "comer por Italia" lanzada por el popular chef británico Jamie Olliver, con donación de dinero para los damnificados.

La noche del jueves, el gobierno declaró el estado de emergencia en las zonas afectadas y asignó una primera ayuda de 50 millones de euros para la catástrofe.

El primer ministro Mattero Renzi anunció también un nuevo plan de prevención antisísmica, después de las polémicas e interrogantes que ha generado el elevado número de víctimas en una zona de por sí de alto riesgo.

El zumbido de los helicópteros y el rugido de los motores de camiones recuerda la pesadilla a los damnificados congregados en campos deportivos o bajo las carpas de campaña.

"Este lugar ha sido arrasado, no queda nada, nada", confesó a la AFP Stefania Nobile, quien residía en Saletta, un pequeño caserío perdido entre los bosques con sólo 22 habitantes, de los cuales 20 perdieron la vida

"Esto es una tragedia, no quedó nada, no creo que tenga un futuro", sostiene desconsolada.

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