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Francisco: el amor de Dios es lo único que salva, no dinero ni poder

Ciudad del Vaticano ( EFE ) El papa Francisco ha asegurado que ni el dinero, ni el poder ni la vanidad salvan al hombre y que lo único que salva al ser humano es el amor de Dios.

"El Señor nos salva con su amor; no nos salva con una carta o con un decreto, sino con su amor, un amor tan grande que le llevó a enviarnos a Su Hijo, que se hizo uno como nosotros y caminó con nosotros", afirmó el papa Bergoglio durante la misa que celebró, como todos los días, en la capilla de la residencia de Santa Marta, donde se aloja, informó el Vaticano.

La misa la concelebró con el cardenal decano, Angelo Sodano, y monseñor Angelo Comastri, arcipreste de la basílica de San Pedro del Vaticano, y a la misma asistieron empleados de la Fábrica de San Pedro (que se encarga de la restauración de los edificios de la Santa Sede) y la ministra italiana del Interior en funciones, Anna María Cancellieri.

El Obispo de Roma se preguntó qué significa ser salvados y dijo que es "recuperar gracias al Señor la dignidad perdida, tener de nuevo esperanza".

El papa exhortó a ser hombres y mujeres dignos, pero advirtió de que muchas veces "el problema" es que los hombres pretenden salvarse solos, "creyendo que les basta con tener dinero" y cuanto más mejor, "pero no es suficiente".

"Otras veces pensamos salvarnos con la vanidad y con el orgullo, ya que nos creemos poderosos. Pero no es así, lo que hacemos es esconder nuestra pobreza, nuestros pecados bajo esas máscaras. La verdadera salvación está en la dignidad que Dios nos da y solo el amor de Dios puede dar verdadera dignidad y esperanza", subrayó.

Desde que fue elegido papa, el argentino Jorge Mario Bergoglio oficia todos días misa en la capilla de la residencia de Santa Marta, a la que asisten cardenales, obispos, miembros de la Curia Romana, funcionarios del Governatorato (ente que gobierna el Estado de la Ciudad del Vaticano), invitados, etc.

En la misa que ofició ayer aseguró que el cristiano no puede juzgar a nadie, "ya que el único que puede hacerlo es Dios", no debe criticar, hablar mal, de los otros y tiene que ser dócil y caritativo.

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