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Flint, ciudad con el agua contaminada, acogerá debate demócrata en EEUU

La hija de dos años de Tiana Lankford se intoxicó con el agua contaminada con plomo que fluía en los grifos de su casa en la ciudad de Flint, lo que le ha causado problemas de salud y de comportamiento.

La contaminación, ignorada y luego ocultada por las autoridades, estará en el centro de la atención nacional este domingo cuando los aspirantes demócratas a la Casa Blanca, Hillary Clinton y Bernie Sanders, lleguen a esta empobrecida ciudad con una mayoría de población negra para sostener su siguiente debate.

"Estoy indignada", dice a la AFP Lankford, cuyas tres hijas, al igual que más de 8.000 niños de esta ciudad industrial en el estado de Michigan, en el norte de Estados Unidos, estuvieron expuestos durante más de un año a agua potable contaminada con plomo.

Su hija menor, Carlina, de 2 años, fue diagnosticada con una tasa de 7 microgramos de plomo por decilitro de sangre, cuando los expertos en salud señalan que niveles superiores a 5 microgramos son dañinos.

La pequeña corre el riesgo de padecer un retraso en su crecimiento y daños cerebrales irreversibles, que podrían convertirse en dificultades escolares o problemas de comportamiento.

"Yo hacía hervir el agua para sus biberones, ignorando que era tóxica", cuenta esta madre de 33 años, en su casa escasamente amueblada y rodeada a menudo por la nieve en Michigan, cuna de la industria automovilística de Estados Unidos.

Hoy, Carlina muestra señales de agitación inexplicables y, como sus hermanas, a menudo pierde el apetito.

"El agua tiene consecuencias en su comportamiento, afecta sus ganas de comer. No puedo decir cuántas comidas les preparé para comer y ellas ni las tocaron", cuenta Lankford.

Como ella, decenas de miembros de la comunidad negra de Flint acudirán el domingo al debate demócrata de cara a las presidenciales de noviembre: si Hillary Clinton y Bernie Sanders decidieron ir a Flint, es porque el escándalo de contaminación se está amplificando y podría costarle el cargo al gobernador republicano de Michigan, Rick Snyder.

El cineasta Michael Moore, quien nació en Flint, ha pedido el arresto de Snyder, mientras que el Departamento de Justicia estadounidense está investigando por qué las autoridades demoraron hasta octubre de 2015 en pedirle a los residentes que dejaran de beber el agua, a pesar de que meses antes los exámenes mostraban niveles peligrosos de plomo.

Flint consumía agua potable procedente del lago Huron, a través de Detroit hasta abril de 2014, pero entonces cambió el suministro de agua a un río local, contaminado y ácido.

Se estableció que se requerían cerca de 100 dólares diarios para agregar productos anticorrosivos y proteger la red de distribución de agua. Pero las autoridades locales no lo hicieron.

Como resultado, el agua corroyó los conductos liberando partículas de plomo, que luego la comunidad de Flint consumió al ingerir el agua potable que llegaba a sus casas.

El viernes, las autoridades de Flint empezaron a remplazar uno de estos conductos, que proveen agua a una casa donde vive una mujer embarazada con su pareja.

"Es un día que esperábamos desde hace prácticamente dos años", dijo la alcaldesa demócrata Karen Weaver, delante de la retroexcavadora que desenterraba la tubería corroída.

Se estima que la renovación de toda la red de distribución de agua costará 1.000 millones de dólares, una cifra que sólo el Estado Federal podría financiar.

En Flint, un tercio de sus 100.000 habitantes vive en la pobreza. Sus calles y viviendas con ventanas y puertas tapiadas, son testimonio del éxodo en la ciudad después del cierre de las fábricas de General Motors.

"Es realmente difícil sobrevivir económicamente. Y es realmente difícil salir de aquí. Hoy Flint es el lugar más barato (del país). El precio de las casas se derrumbó, tan bajo como a 10.000 ó 12.000 dólares", explica Kevin Larsen, de 26 años.

En el umbral de su casa derruida, este padre de tres hijos no oculta sus preocupaciones por el futuro: el plomo se fija en todos los órganos, en los que puede causar estragos años después.

Se ha demostrado que las autoridades ignoraron varias alertas sobre los riesgos de contaminación. Hasta que una madre, un médico de la localidad e investigadores de la universidad de Virginia Tech revelaron este polémico caso en 2014.

En octubre, Flint retomó su fuente de agua potable de Detroit, pero no se sabe cuánto tiempo tomará para que el agua de esta localidad vuelva a ser saludable.

Algunos se preguntan si el agua contaminada es la responsable de abortos involuntarios y el aumento de casos de legionela, una enfermedad causante de muchas muertes en Flint.

El gobernador Synder declaró el estado de emergencia en enero, lo cual permitió liberar ayuda especial a los residentes de la ciudad.

Desde entonces, más de 2.200 voluntarios así como efectivos de la Guardia Nacional distribuyen -casi puerta a puerta- agua embotellada y kits para analizar el agua.

"Cuando nos dimos cuenta que hay gente con niños pequeños o gente mayor o discapacitados, ellos tuvieron la prioridad sin duda porque tiene menos habilitad para conseguir los suministros que necesitan", dijo un voluntario de la Cruz Roja, Franklin Dickerson, caminando en la nieve cargando botellas de agua.