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Fiscal: Soldado de EEUU tenía sangre de víctimas

BASE CONJUNTA LEWIS-McCHORD, Washington, EEUU (AP). Una figura con capa se ve en un video de vigilancia cuando sale corriendo de la oscuridad a la orilla de un remoto puesto de avanzada del Ejército en el sur de Afganistán. Tenía manchas de sangre en la cara, dijeron los fiscales, y su ropa estaba ensangrentada.

A menos de kilómetro y medio (una milla) de distancia, 16 afganos, entre ellos nueve niños, estaban muertos, algunos de sus cuerpos en llamas en dos aldeas.

Cuando otros soldados lo detuvieron en la puerta de la base, el sargento Robert Bales estaba incrédulo, según la fiscalía. Luego, cuando fue puesto bajo custodia, Bales dijo: "Pensé que estaba haciendo lo correcto".

Los detalles, de un fiscal así como de los compañeros de Bales, se dieron a conocer el lunes como parte de una audiencia preliminar en su caso, lo que ofreció la más clara imagen hasta ahora de una de las peores atrocidades de las guerras de Irak y Afganistán.

El ataque del 11 de marzo propició que Estados Unidos pusiera fin a las operaciones de combate durante días ante las protestas, y pasó un mes antes de que los investigadores militares pudieran llegar a las escenas del crimen.

Bales, de 39 años, enfrenta 16 cargos de asesinato premeditado y seis cargos de intento de homicidio. La audiencia podría durar hasta dos semanas y ayudará a determinar si el caso será llevado a una corte marcial.

La defensa no dio una exposición de apertura.

Bales no se ha pronunciado sobre su inocencia o culpabilidad. Sus abogados no han discutido la evidencia, pero dicen que padece trastorno por estrés postraumático y que sufrió una conmoción cerebral durante un emplazamiento previo en Irak.

Padre de dos, oriundo de Lake Tapps, Washington, Bales vestía uniforme verde y se sentó al lado de sus abogados civiles, mientras que un oficial investigador leía los cargos en su contra y le informaba sobre sus derechos.

Cuando se le preguntó si los entendía, Bales dijo: "Señor, sí, señor".

Bales pasó la noche en marzo previa a las incursiones en el campo Belambay, viendo "Man On Fire", una película de ficción que relata la historia de un ex agente de la CIA en un frenesí de venganza, con sus compañeros, dijo el fiscal, el teniente coronel Jay Morse.

Bales está acusado de haberse escapado de un remoto puesto de avanzada con un rifle M-4, equipado con un lanzagranadas, para atacar los poblados de Balandi y Alkozai, en un distrito peligroso.

Morse dijo que Bales cometió las matanzas en dos episodios. Vestido con una camiseta, Bales entró primero en un poblado, regresó a la base y luego de volvió a escapar para realizar el segundo ataque.

Entre ambos episodios, Bales le habló a un colega sobre dispararle a gente en uno de los poblados, dijo Morse. El soldado, al parecer, lo tomó como una mala broma y respondió que lo dejara de molestar.

La fiscalía pasó por primera ocasión el video tomado por una cámara de vigilancia que mostraba la figura con una capa corriendo hacia la base, luego deteniéndose y dejando caer sus armas cuando era confrontado. No había audio.

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