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Explicaciones de Casa Blanca sobre Bergdahl no convencen a Congreso de EE.UU.

Las explicaciones del Gobierno de EE.UU. sobre la controvertida liberación del sargento Bowe Bergdahl, prisionero de los talibanes durante cinco años, no han convencido al Congreso, molesto por no haber sido informado previamente del canje del militar estadounidense por cinco presos de Guantánamo (Cuba).

Hasta 90 miembros del Gobierno estadounidense conocían la operación, mientras que a nadie en el Congreso se le notificó que iba a llevarse a cabo, explicaron hoy los legisladores de la Cámara de Representantes a su salida de una reunión a puerta cerrada en el Capitolio con miembros de la Administración.

"Habría sido mucho más inteligente por parte de la Administración haber informado a los líderes del Congreso. Lo que ha ocurrido no ayuda. Además, muchas de las filtraciones que ha habido -sobre otros asuntos- han salido del Gobierno y no del Capitolio", consideró el legislador demócrata Adam Schiff.

Los congresistas explicaron a los medios tras la reunión que los representantes del Gobierno habían esgrimido el temor a una filtración para justificar no haber informado al Congreso antes de llevar a cabo una operación de esta envergadura y en la que estaba en juego la vida del joven sargento.

La Casa Blanca negoció el intercambio de prisioneros sin notificarlo al Congreso, que por ley debe conocer la salida de presos de Guantánamo con 30 días de antelación, lo que ha generado un gran malestar tanto entre republicanos como demócratas.

"Esperaba algo -de la reunión- pero no he obtenido nada. Los legisladores salimos más defraudados de esta reunión de lo que ya estábamos", comentó el congresista republicano Adam Kinzinger.

El malestar expresado este lunes por los miembros de la Cámara de Representantes se suma al que quedó patente la semana pasada entre los senadores cuando la Administración les convocó para una reunión similar.

Los congresistas no sólo denuncian el no haber sido informados sino que también cuestionan las condiciones en las que se ha efectuado el intercambio y el peligro para la seguridad nacional que pueden representar los cinco talibanes liberados si vuelven a la lucha terrorista.

El Gobierno esgrime que no se notificó al Congreso la liberación porque consideraron necesario actuar con premura ante el deterioro de la salud de Bergdhal y la posibilidad de que su vida corriera peligro al filtrarse el proceso de negociación.

"No sabemos quién lo sabía -en la Administración-. Y si no saben quién lo sabía, ¿cómo pueden controlar una filtración?", se preguntó hoy tras la reunión el legislador republicano Buck McKeon.

Durante el encuentro, los congresistas pudieron ver, igual que los senadores la semana pasada, un vídeo de diciembre de 2013 en el que se constata el deterioro de la salud del joven respecto a imágenes de años anteriores.

"Sólo se veía al sargento, a nadie más. El vídeo -usado por los talibanes como prueba de que el sargento seguía vivo - no tenía el sonido suficiente para oír nada", explicó McKeon.

El sargento Bergdahl se recupera en el hospital militar de Landstuhl (suroeste de Alemania) y posteriormente será trasladado a otro centro médico en Texas (EE.UU.) para continuar con cuidados físicos y psicológicos.

El portavoz adjunto del Pentágono, el coronel Steve Warren, explicó este lunes que Bergdahl mejora día a día, pero aún no se ha determinado que esté en las condiciones adecuadas para viajar a Texas.

El Pentágono no ha autorizado por el momento el pago de todos los salarios que el sargento Bergdhal, que fue ascendido desde soldado raso durante su cautiverio, no recibió durante los casi cinco años que fue prisionero de guerra de los talibán.

Warren reiteró hoy que el Pentágono revisará detenidamente en su debido momento las circunstancias en las que se produjo su captura, que compañeros de su pelotón atribuyen a una deserción, un delito militar.

En la reunión de este lunes en el Capitolio participaron por parte de la Administración el asesor adjunto en Seguridad Nacional, Tony Blinken; el representante especial del Departamento de Estado para Afganistán y Pakistán, James Dobbins; el jefe adjunto del Estado Mayor Conjunto, el almirante James Winnefeld y Robert Cardillo, subdirector de Inteligencia Nacional, informaron a Efe fuentes de la Casa Blanca.

Este martes, representantes de la Administración mantendrán una reunión en el Senado con los miembros de la comisión de las Fuerzas Armadas.

Pero el momento más esperado de esta semana es la comparecencia del secretario de Defensa, Chuck Hagel, ante la comisión de las Fuerzas Armadas de la Cámara de Representantes, donde con toda probabilidad será sometido a un exhaustivo interrogatorio de los legisladores sobre por qué la Administración no informó al Congreso y acerca de las condiciones del intercambio.