La bandera de Cuba —una estrella blanca sobre fondo rojo junto a franjas azules y blancas— está lista para ser izada el lunes fuera de la misión diplomática del país caribeño en Estados Unidos, por primera vez desde que ambos países rompieron relaciones en 1961.
Aunque no está prevista alguna ceremonia formal en su contraparte en La Habana, la Sección de Intereses de Estados Unidos en Cuba también se convertirá plenamente en embajada justo después de la medianoche, cuando los dos enemigos de la Guerra Fría decidan entrar formalmente en una nueva era de acercamiento, a pesar de que los divide un profundo abismo ideológico.
"Es un momento histórico", dijo el diplomático y analista cubano Carlos Alzugaray, quien agregó que ahora comienza el trabajo verdaderamente difícil: resolver disputas espinosas, como reclamos mutuos en busca de reparaciones económicas, la insistencia de La Habana en poner fin al embargo comercial de 53 años y las exigencias estadounidenses a que Cuba mejore sus derechos humanos y la democracia.
"La importancia de la apertura de embajadas es que se puede ver confianza y respeto: ambas partes tratándose con confianza y respeto", agregó Alzugaray. "Eso no quiere decir que no va a haber conflictos, es seguro que habrá, pero la forma en que se tratarán los conflictos ha cambiado por completo".
FUENTE: AP