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EEUU-2020: Florida, otra vez un trofeo codiciado

Los buenos cómputos iniciales de Donald Trump en las elecciones del 2016 en la Florida fueron un tempranero indicio de una posible victoria fuera de todo pronóstico. Dos años después, en una votación de mitad de término malísima para los republicanos, el estado apoyó a un gobernador de esa bandera y les dio una banca en el Senado que era demócrata.

Los demócratas, no obstante, no bajan los brazos y piensan dar pelea en los comicios del 2020.

De hecho, los triunfos republicanos de los últimos tiempos fueron por márgenes muy exiguos y ambos partidos se preparan para una batalla campal, y costosa, en la Florida.

Trump tiene programada una presentación en el estado el martes. El comité de acción política demócrata Priorities USA, por su parte, planea una campaña publicitaria de más de 100.000 dólares en medios digitales para “ayudar a contrarrestar su bulla y darle al electorado una mirada verídica a las políticas de Trump”.

Ninguno de los dos partidos puede ignorar a la Florida.

A Trump le costará mucho conservar la presidencia si no gana los 29 votos electorales de ese estado. Una victoria demócrata, por otra parte, no solo acabaría prácticamente con las esperanzas de Trump sino que convalidaría los esfuerzos por construir una coalición muy diversa.

Los demócratas afirman que no corresponde decir que los recientes resultados electorales revelan que el estado está inclinándose hacia los republicanos.

“No es así. Yo creo que simplemente no nos organizamos bien”, expresó el ex alcalde de Tallahassee Andrew Gillum, candidato demócrata a la gobernación que perdió por menos de 33.000 votos el año pasado.

La de Gillum fue una de varias consultas electorales recientes decididas por márgenes muy estrechos, siempre a favor de los republicanos.

Gillum lanzó este año una iniciativa para ayudar a los demócratas a recuperar el control del estado y evitar que los republicanos sigan ganando terreno.

Los dos partidos prestan mucha atención a los estados del centro-norte del país y hay quienes se preguntan si el camino hacia la Casa Blanca sigue pasando por los estados tradicionalmente considerados vitales. El súper PAC demócrata Priorities USA dijo el mes pasado que sus estudios indican que Ohio, un estado históricamente reñido, parece dar a Trump mayores garantías que el propio Texas, un estado tradicionalmente republicano.

De todos modos, Florida sigue siendo clave para ambos partidos y plantea un serio desafío a los demócratas.

“Cuando pierdes por márgenes como los que se han venido registrando, eso indica que todavía podemos ganar, pero hay que ponerse las pilas”, comentó Justin Myers, director general de la organización progresista For Our Future, que trata de movilizar al electorado demócrata.

Florida es el estado que más veces ha visitado Trump, en parte porque sigue teniendo varios clubes de golf aquí. Sus allegados dicen que también siente mucha afinidad con los entusiastas partidarios que asisten a sus actos en la Florida.

Es por ello que en febrero del 2017 anunció que buscaría la reelección y que ahora, 28 meses después, regresa para lanzar más formalmente su candidatura.

Trump ha usado el poder de la presidencia para prestar especial atención a la Florida. Durante un acto en Panama City Beach el mes pasado, prometió a los votantes más ayuda para asistir con la reconstrucción de los daños causados por un huracán y para construir un puente si es reelegido.

Algunos colaboradores del mandatario admiten que ganar nuevamente la Florida no será fácil. Consultas de Priorities USA indican que, igual que ocurre a nivel nacional, los residentes de la Florida ven con buenos ojos el estado de la economía, pero piensan que a Trump le interesan más los ricos que la gente común.

Estudios de la propia campaña de Trump señalaron hace poco que el mandatario lleva hoy las de perder ante varios aspirantes a la nominación demócrata.

FUENTE: AP

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