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Cruz Roja dice alistarse para entregar ayuda a Venezuela

La Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja dijo el viernes que se dispone a entregar ayuda a Venezuela, advirtiendo que no aceptará ninguna interferencia del presidente Nicolás Maduro o del líder opositor Juan Guaidó.

El presidente de la organización, Francesco Rocca, anunció en una rueda de prensa en Caracas que el organismo estima que "en un plazo de 15 días estaremos en capacidad de dar inicio" a la distribución de ayuda en siempre y cuando se respeten sus reglas.

Rocca declinó responder a la prensa si hubo algún acuerdo con el gobierno de Maduro.

Pese al frustrado intento de la oposición venezolana de ingresar camiones con la ayuda en febrero, varios gobiernos encabezados por Estados Unidos han continuado acumulando asistencia en galpones en zonas fronterizas de Colombia, Brasil y Curazao. Se estima que lo acumulado podría ayudar al menos a unas 650.000 personas, destacó Rocca.

En Twitter, empero, Guaidó casi inmediatamente reclamó el crédito por el esfuerzo, afirmando que el anuncio “es una gran conquista de nuestra lucha”. Agregó que los venezolanos deben mantenerse vigilantes para asegurarse de que la ayuda que ingrese no se desvíe para propósitos "corruptos".

“El dictador”, como llama a Maduro, “querrá disfrazar su derrota, pero seguimos firmes en nuestra ruta y vamos a avanzar hacia al cese de la usurpación. Esa es la gran tarea de todos”, agregó.

Maduro, que repetidamente ha negado que en Venezuela estuviese sufriendo una crisis humanitaria, no hizo comentarios de inmediato.

Guaidó, jefe de la Asamblea Nacional que en enero se declaró presidente interno en desafío a Maduro, indicó que la inminente llegada de ayuda a Venezuela “es resultado de nuestra presión e insistencia. La lucha por el bien de todos da frutos".

Guaidó no dio detalles sobre la logística prevista ni mencionó si se había llegado a un acuerdo con el gobierno para lograr su ingreso.

El 23 de febrero, Guaidó intentó ingresar asistencia proporcionada por Estados Unidos y otros países a través de la frontera de Colombia y Brasil, pero Maduro dijo que la ayuda era parte de un intento de golpe de Estado y las fuerzas de seguridad venezolanas impidieron el ingreso.

En Washington, el enviado especial de Estados Unidos para Venezuela, Elliott Abrams, acogió con satisfacción el plan para distribuir ayuda al país sudamericano.

"Esto parece una oportunidad real y creemos que es una respuesta a los esfuerzos que ha estado haciendo el presidente interino Guaido", dijo Abrams.

Mientras, en el aeropuerto Simón Bolívar de Caracas, el ministro de Industrias y Producción Tareck El Aissami recibió un avión Boeing 747-481 de la aerolínea Yangtze River Airlines, que transportó 65 toneladas de insumos médicos procedentes de China.

El Aissami señaló que se trata de un primer cargamento en el que se destacan materiales quirúrgicos y medicina para diabetes, entre otros insumos.

El ministro resaltó que entre China y Venezuela existe una relación del más alto nivel estratégico" y estrecha cooperación, en contraste con Estados Unidos, al que acusó de "secuestrar" más de 30.000 millones de dólares del país en el extranjero.

Durante una tensa visita a la barriada de El Valle, un antiguo bastión oficialista en el oeste de Caracas, Guaidó tuvo que abrirse paso en medio de las protestas de un pequeño grupo de manifestantes pro-oficialistas que intentaron bloquearle el camino a una improvisada tarima en un camión. Agentes de la Policía Nacional, vistos habitualmente como favorables al gobierno y excesivamente severos con manifestantes opositores, arrojaron al menos una granda de gas lacrimógeno para repeler a los agresivos simpatizantes del oficialismo y desplegaron para separar a los grupos en pugna.

En Miami, adonde llegó como parte de una visita de una semana por Estados Unidos, la esposa de Guaidó, Fabiana Rosales, aseguró que la ayuda está llegando a través de mecanismos no convencionales, pero no reveló cuáles.

Rosales pidió a la comunidad venezolana de Florida, la más numerosa de la diáspora que vive en Estados Unidos, que colabore donando alimentos no perecederos, medicinas, artículos de primeros auxilios y pastillas potabilizadoras de agua.

El alcalde del condado de Miami-Dade, Carlos Giménez, le prometió ayuda pero no dijo en qué consistirá. “Le vamos a dar todo el apoyo del condado para ayudar a los que están sufriendo en Venezuela”, manifestó el funcionario.

El sábado habrá un evento de recolección en un centro de acopio del sur de Florida, desde donde se han enviado cargamentos en aviones comerciales hacia Aruba para que sean distribuidos luego en Venezuela.

En tanto, el sector público retomó el viernes sus labores después de tres días de suspensión por los apagones en Caracas, una excepción respecto de otras regiones donde las fallas eléctricas persisten y los servicios básicos como el agua han sido profundamente afectados.

Uno de los principales factores que incidió en la reactivación de las actividades en Caracas, pese que continúan suspendidas las clases, fue la reanudación del servicio del metro que transporta a aproximadamente tres millones de personas a diario.

"Estuve encerrada por cuatro días porque el metro no estaba trabajando. Siempre es muy difícil tomar un autobús porque son muy pocos y no tengo dinero para un taxi. El metro es mi único medio de transporte ", dijo Mary González, una empleada doméstica de 42 años.

"Hoy parece un día normal en el metro, aunque mucha gente como yo no se bañó", bromeó la mujer que vive en Caricuao, unos 18 kilómetros al oeste del centro de Caracas, donde llevan nueve días sin agua.

La escasez de agua se produjo debido a las fallas eléctricas que mantienen paralizados los sistemas de acueductos que surten a la capital venezolana y la mayoría de los otros 23 estados del país. En los anaqueles de los comercios minoristas casi no se hallan botellas de agua potable.

FUENTE: AP