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Centro de estudios judíos en este de Jerusalén

Un comité municipal de planeación anunció el miércoles su plan para construir un seminario judío en el corazón de un barrio árabe de Jerusalén oriental, lo que provocó coléricas acusaciones palestinas de que Israel estaba socavando los ya problemáticos esfuerzos de paz en Medio Oriente.

La medida ocurrió en momentos en que se encuentran estancadas las negociaciones entre israelíes y palestinos sobre los lineamientos de un acuerdo final de paz. Se espera que el secretario de Estado norteamericano John Kerry, quien está mediando, presente en las próximas semanas su visión para un proyecto de acuerdo.

El destino del este de Jerusalén es uno de los asuntos más sensibles en los esfuerzos de paz. Los palestinos buscan que el este de Jerusalén, el cual fue capturado en la guerra de Medio Oriente de 1967, sea la capital de un futuro Estado independiente. Israel considera el este de Jerusalén como parte de su capital y dice que nunca renunciará al control del área y de sus sensibles sitios religiosos.

En una votación realizada el miércoles, el consejo de planeación de la ciudad otorgó su aprobación preliminar a un seminario judío de nueve pisos en el barrio árabe de Sheikh Jarrah.

Brachie Sprung, una vocera de la municipalidad de Jerusalén, dijo que el voto era sólo una recomendación para la construcción del seminario, y que el proyecto requería más autorizaciones antes de iniciar la construcción.

Pero en Jerusalén oriental, basta una discusión sobre alteraciones en el paisaje para disparar tensiones. Nimr Hamad, un asistente del presidente palestino Mahmud Abbas, calificó la medida como "un nuevo obstáculo en el camino a la paz y un nuevo obstáculo frente a la misión del señor John Kerry".

"Esto demuestra además que el gobierno israelí ciertamente desprecia la posición de la comunidad internacional y de la opinión pública internacional", agregó.

Además Jerusalén oriental, los palestinos buscan para la conformación de su estado la adyacente Cisjordania y la Franja de Gaza, gobernada por el grupo Hamas. Dicen que la continua construcción de asentamientos judíos es una señal de mala fe que dificulta en forma creciente la partición de la tierra. Más de 550.000 israelíes viven ahora en Cisjordania y Jerusalén oriental.

La comunidad internacional se opone a la construcción de asentamientos, y Kerry ha dicho que ésta suscita dudas sobre el compromiso de Israel con la paz. A pesar de las críticas, Israel ha anunciado planes de construir miles de casas nuevas de asentamiento desde que se reanudaron en julio las negociaciones de paz.