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Bolivianos comparten sus anhelos durante Feria de la Alasita

Desde una calle al centro de La Paz, Mario Rocha y Lucía Bustillos se detienen con ilusión frente a la estatua de un hombre gordo y de baja estatura que lleva los brazos cargados de bienes y alimentos.

Él tiene 36 años, ella 35 y ambos están llenos de sueños. En este día —que no es un miércoles cualquiera en Bolivia— los locales asisten a la Feria de la Alasita, que cada año reúne a los devotos de Ekeko, el dios de la abundancia, y recién fue reconocida por la UNESCO como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.

“Alasita”, una palabra aymara que significa “cómprame”, concentra a más 5,000 comerciantes, miles de artesanos y devotos de todo el país y unos 500 brujos aymaras.

Ekeko cumple deseos, piensan sus seguidores. Por eso, anualmente llegan hasta él con objetos en miniatura que replican lo que quisieran conseguir con su favor.

Mario y Lucía —una pareja de clase media— cargan con billetes, una casa, alimentos y otros bienes diminutos que esperan obtener del dios y compraron al medio día en los puestos de vendedores de la zona. Antes, dice la pareja, Ekeko les cumplió el sueño de ser abogados. Hoy anhelan más.

En Bolivia, la Feria de la Alasita fusiona las creencias locales con la devoción al catolicismo. Mario y Lucía, por ejemplo, no sólo llevaron a bendecir sus miniaturas con brujos andinos —conocidos como “amautas”—, sino también a una iglesia católica.

Los rituales también forman parte de esta tradición. Además de comprar y bendecir objetos, la celebración consta de actividades variables entre los creyentes. Una de las más comunes es rociar al Ekeko con cerveza mientras el brujo le habla a la estatua en aymara.

En esta edición de la Feria, el presidente boliviano Evo Morales se refirió públicamente al reconocimiento de la UNESCO. "Ahora tenemos la oportunidad de que organismos internacionales reconozcan nuestra vivencia y nuestro patrimonio y programamos este acto de entrega de certificados que reconoce la UNESCO declarando como patrimonio inmaterial de la humanidad los recorridos rituales de la Alasita", dijo el jefe de Estado.

La coordinadora de organizar la Alasita desde el Ministerio de Cultura ante la UNESCO, Isabel Llanos, dijo a The Associated Press que esta tradición se expande cada año a más ciudades bolivianas, aunque La Paz sigue siendo la principal, y es un orgullo para el país que su cultura sea reconocida para ser promovida a nivel internacional.

Después de todo, piensan Mario y Lucía, Ekeko no sólo recibe los deseos de los aymaras, sino de todos aquellos que tengan fe en él.

FUENTE: AP