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Bloguero mauritano condenado a muerte por insultar a Mahoma abandona el país

El bloguero mauritano Mohamed Cheij uld Mjaitir, condenado a muerte por un artículo supuestamente insultante contra el profeta Mahoma y luego indultado aunque no excarcelado, fue puesto en libertad ayer y abandonó inmediatamente el país por la frontera con Senegal.

Según dijeron a Efe fuentes policiales que pidieron el anonimato, Mjaitir salió del país por Rosso (extremo sur) escoltado por varios policías en la tarde de ayer lunes.

La liberación de Mjaitir se esperaba desde hace tiempo, pues el joven, de unos 35 años, había visto su pena de muerte conmutada por una pena de dos años que tenía cumplida ya en 2016, y pese a ello seguía en la cárcel.

Pero el presidente mauritano Mohamed uld Abdel Aziz justificó recientemente su estancia en prisión por un "decreto administrativo" tomado por consideraciones de seguridad para con él mismo y con el país.

El "caso Mjaitir" se remonta a principios de 2014, cuando el bloguero fue arrestado por publicar a fines del año anterior un artículo en su blog titulado "Religión, práctica religiosa y herreros".

Perteneciente él mismo a la casta de los herreros, Mjaitir recordó que la discriminación que sufre su casta en la era contemporánea era muy antigua y se practicaba incluso en tiempos del profeta Mahoma, quien por su parte la toleraba.

Esa afirmación provocó una oleada de manifestaciones sin precedentes en todas las ciudades de Mauritania, con reivindicaciones unánimes de "ejecución" conforme al rito malekita seguido en el país.

Tras ser detenido, Mjaitir fue primero perseguido por apostasía y condenado a muerte en primera instancia en diciembre de 2014, pena confirmada luego en apelación en abril de 2016.

Pero cuando el caso llegó al Tribunal Supremo, este ordenó repetir el proceso en apelación tomando en cuenta el "arrepentimiento" mostrado por Mjaitir ante los jueces.

Y frente a unas calles que seguían reclamando la ejecución del "apóstata" y unos ulemas que casi en bloque repetían la misma idea, el Tribunal de Apelación revisó su veredicto en noviembre de 2017 y condenó al bloguero a solo dos años de cárcel (que en teoría ya los había cumplido) y a una multa.

Sin embargo, aquel veredicto no hizo sino echar leña al fuego, y las manifestaciones a las salidas de las mezquitas se recrudecieron, acompañadas con amenazas de muerte personales.

La sociedad mauritana, seguidora de una versión muy rigurosa del islam suní, se muestra siempre reticente a toda idea de indulgencia con quienes falten el respeto a la religión y sus símbolos, sea cual sea la opinión internacional.

Muchos desconocen o desoyen las voces de expertos que mantienen que el propio rito malekí prevé la clemencia para los arrepentidos, como lo recordó el propio Gran Mufti del país, Ahmedou ould Habibourrahmane.

"Nuestros ulemas, jueces e imanes deben resistir a las presiones populistas nacidas de la ignorancia del texto sagrado y vehiculadas por las redes sociales malintencionadas", reflexiona el sociólogo Ichemkhou Ould Eleyou en una declaración a Efe.

Era tal la presión ambiental que el gobierno mauritano decidió mantener entre rejas a Mjaitir una vez cumplida su pena; en ese tiempo su propia familia, sintiéndose amenazada, abandonó clandestinamente el país.

Desde el exilio, el padre de Mjaitir, exfuncionario, postea de vez en cuando en su cuenta de Facebook artículos contra el sistema de castas en Mauritania.

Solamente días antes de su liberación, el controvertido bloguero apareció en la televisión estatal Al-Mouritaniye para expresar en público su arrepentimiento y reconocer que había faltado el respeto al profeta Mahoma. Pidió perdón "ante todo el mundo y ante Allah por delante".

Volvió a mostrar su arrepentimiento en público en una sesión "ad hoc" con los ulemas del país, ceremonia que también fue transmitida por la televisión.

Se cree que el presidente Abdel Aziz consultó con los ulemas para que le ayudaran a resolver esa "patata caliente" en que se había convertido el caso por las exigencias de los países occidentales aliados y los organismos pro derechos humanos.

Al parecer, era necesario que Aziz no dejara el caso sin resolución antes de traspasar el poder a su sucesor Mohamed uld Ghazouani, que debe ser investido el próximo jueves.

FUENTE: EFE

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