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Bangladesh acoge una de las tres mayores congregaciones musulmanas del mundo

Rezos multitudinarios, discusiones para aplicar mejor el islam en la vida y fraternidad entre devotos de medio mundo: así transcurre en Bangladesh estos días una de las tres mayores congregaciones musulmanas del planeta, la Bishwa Ijtema (Congregación Mundial), impulsada por el movimiento ortodoxo suní Tabligh.

Antes de las oraciones, carreteras y estaciones de tren quedan colapsadas y el reguero de gente es incesante; cuando comienza el rezo el tiempo se detiene, se hace el silencio y no queda espacio sin mancha humana en la localidad de Tongi, en las afueras de Dacca.

Hay alfombras sobre el asfalto de las vías, en puentes, azoteas, barcos y en cualquier rincón cercano al recinto de poco más de medio kilómetro cuadrado que alberga el festival, junto al ennegrecido río Turag y rodeado de fuertes medidas de seguridad.

Ni siquiera el denso polvo que surca el aire es capaz de disuadir a los fieles de una cita que se ha situado entre los tres eventos islámicos con mayor seguimiento, detrás de la peregrinación a La Meca y de la festividad de la Ashura, clave del calendario chií, en la ciudad iraquí de Kerbala.

Cientos de miles fieles dispuestos en perfección geométrica se reclinan simultáneamente provocando escenas impactantes, pese a que parte de las masas quedan ocultas por una extensa capa de telares marrones bajo la que muchos devotos duermen y hacen vida durante el evento.

"Vengo todos los años. No es comparable a hacer el peregrinaje a La Meca pero es importante estar aquí, muy emotivo. Nos juntamos con musulmanes de Arabia Saudí, Indonesia, la India, Pakistán... y compartimos experiencias", explica a Efe el bangladesí Mohamed, de 50 años.

"Aquí venimos a buscar la paz y a rezar para que este año los problemas se alejen de nosotros", afirma otro asistente algo más joven, Sajjad.

Desde hace siete décadas, Tablighi Jamaat, un movimiento conservador y apolítico surgido en los años veinte del siglo pasado en el Sur de Asia pero con ramas en todo el mundo, convoca anualmente la Bishwa Ijtema en Bangladesh.

Congregaciones similares tienen también lugar en otros países, pero la de Tongi ha devenido con el tiempo la más concurrida, con unos dos millones de participantes en la primera fase de este año, transcurrida entre el viernes y hoy, según datos ofrecidos a Efe por la Policía local.

Muchas otras personas se acercarán entre el 15 y 17 de este mes al evento, que la organización ha segmentado para el público local en cuatro fases en dos años bajo criterios de procedencia, con el objetivo de evitar dramas propios de las masificaciones, como los cinco fallecimientos por paros cardiacos ocurridos en esta edición.

"El propósito del evento es impartir lecciones sobre espiritualidad, mejorar la práctica del islam en las interacciones sociales, en el seno familiar", argumenta a Efe el profesor de estudios islámicos de la Universidad de Dacca, Shafiq Ahmed.

En Tongi se escuchan sermones de clérigos de distintos países sobre la interpretación del Corán y el Hadith (dichos del profeta Mahoma), generalmente en árabe o urdu, que se traducen a diversas lenguas como bengalí, tamil o inglés, según los medios locales.

El académico Ahmed subraya el carácter apolítico de la cita, con el argumento de que es una sección de la sociedad musulmana que cree que la vinculación entre política y religión que persiguen algunos partidos y organizaciones ha causado históricamente "daño" al islam.

Tal vez por ello, el festival es capaz de unir en el rezo a figuras tan enfrentadas en el día a día como las líderes de los dos principales partidos políticos de Bangladesh: la primera ministra, Sheikh Hasina, y la opositora Khaleda Zía.

"Por lo general se trata de gente no violenta y honesta que busca una purificación de su alma", indica Ahsan H. Mansoor, director del Centro de Investigación Política de Bangladesh.

Pero los críticos también recuerdan, dice Ahmed, que los Tabligh tienen una visión reaccionaria del islam, "opuesta a la modernización" y "muy rigurosa" en aspectos como la segregación entre sexos y el uso del velo por parte de la mujer.

FUENTE: EFE