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Asesinan a comandante policial en sur de México

El director de la policía de Guerrero, un violento estado del sur de México, fue asesinado en el turístico puerto de Acapulco y las autoridades encontraron su cadáver este lunes, informó el gobierno estatal.

Tomás Hernández Martínez, director general y coordinador operativo de la Policía Estatal, "fue encontrado sin vida en el interior de su domicilio" en la populosa colonia Progreso, informó la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) local en un comunicado.

Tras calificar el "homicidio" como una "enorme pérdida", la dependencia se abstuvo en su comunicado de "dar a conocer mayores detalles para no entorpecer las investigaciones que al respecto está realizando la Fiscalía General del estado".

El jefe policíaco fue degollado y tenía heridas causadas por cuchillo en el rostro y algunas partes del cuerpo, reveló a la AFP bajo el anonimato un agente de la fiscalía estatal presente en la escena del homicidio.

El comandante Tomás Hernández Martínez rendía cuentas directamente al general Pedro Almazán Cervantes, secretario de Seguridad Pública de Guerrero.

Guerrero, uno de los estados más empobrecidos del país y con costas al Pacífico, es punto clave para la siembra y tráfico de marihuana y de goma de opio, y se ha vuelto escenario de frecuentes choques sangrientos entre narcotraficantes.

Acapulco, otrora balneario favorito de celebridades, ahora es considerado la capital de los asesinatos en México con 111 homicidios por cada 100.000 habitantes el año pasado.

Muchos de estos asesinatos son atribuidos a las sangrientas disputas entre dos cárteles por quedarse con el mercado local de venta de drogas, el Cártel Independiente de Acapulco (CIDA) y el de los Beltrán Leyva.

Más de 1.300 personas han sido asesinadas en la ciudad desde 2015. Y al menos tres han sido asesinadas en plena playa este año.

Desde que el gobierno lanzó un combate militarizado contra el narcotráfico en diciembre de 2006, cerca de 170.000 personas han sido asesinadas y más de 28.000 reportadas desaparecidas en México, aunque estas cifras oficiales no especifican cuántas de esas personas fueron víctimas de la violencia relacionada con el crimen organizado.