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En Arica las alarmas de alerta de tsunami no sonaron por trámite burocrático

Arica fue la única ciudad chilena en la que tras el sismo de magnitud 8,2 del martes no sonaron las alarmas de alerta de tsunami ya que nunca fueron instaladas debido a un trámite burocrático.

Afortunadamente, la mayoría de sus habitantes sabe que tras un sismo que iguale o supere la magnitud 7 en la escala de Richter es necesario evacuar rápidamente las zonas costeras y correr a lugares seguros, que fue lo que ocurrió la noche del martes.

La burocracia fue la causa de que las alarmas de alerta de tsunami no se instalaran en la ciudad norteña de Arica, pese a los cientos de sismos que en los últimos días afectaron esa zona y a la advertencia de los sismólogos de que el norte de Chile y el sur del Perú estaban propensos a un terremoto de gran magnitud.

El propio alcalde de Arica, Salvador Urrutia, reconoció en declaraciones a Televisión Nacional "que las sirenas aún no han sido concesionadas".

"No se escucharon las alarmas porque están en etapa de adjudicación", añadió el alcalde, quién agregó que "las sirenas autónomas aún no están instaladas. El año pasado se hizo el proyecto que tuvo fallas de estructuración lo que generó la demora", sostuvo.

Sin duda un hecho insólito en esta nación, uno de los países más sísmicos del planeta, y por lo que la Oficina Nacional de Emergencia (Onemi), dependiente del Ministerio del Interior, tendrá que decir algo.

Tras el terremoto de este martes, que dejó seis muertos y cuantiosos daños materiales, la Onemi declaró rápidamente alerta de tsunami y las alarmas sonaron en más de 4.000 kilómetros de costa de esta nación austral, pero en Arica no.

Para los sismólogos, la no instalación de las alarmas en Arica debido a "trámites burocráticos" resulta una falta absoluta de respeto a sus habitantes.

Argumentan que los especialistas, muchos de ellos extranjeros, tenían calificado desde hace mucho a la zona norte como una "zona caliente" para que allí ocurriera un terremoto ya que desde 1878 no se registraba en el lugar un temblor de gran magnitud.

Los sismólogos manejan un rango de entre 70 y 100 años el tiempo transcurrido para que un sismo se vuelva a registrar en la misma zona, que en este caso también afectaría el sur de Perú.

En Arica, el terremoto causó la destrucción de casas de adobe, se interrumpió el suministro de agua potable y se registraron varios cortes en rutas estratégicas.

Las redes sociales fueron un factor importante para que no ocurriera una desgracia y por el que los habitantes supieron de todas las acciones que se estaban tomando porque en Arica, definitivamente, las alarmas no sonaron.