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Acusan a australiano de planear ataque con un canguro bomba

Un sospechoso adolescente conversó con un cómplice británico sobre cargar un canguro de explosivos antes de soltarlo cerca de policías australianos, indicó el jueves la fiscalía.

La Corte de Magistrados de Melbourne ordenó el jueves que Sevdet Ramadan Besim vaya a juicio ante el Supremo de Victoria, acusado de tramar un atentado terrorista inspirado en el grupo Estado Islámico durante una ceremonia del Día de los Veteranos en abril del año pasado. El ataque habría tenido como objetivos a agentes de policía.

Besim, de 19 años, se declaró no culpable de cuatro delitos relacionados con una trama para atacar los actos conmemorativos en Melbourne o en la ciudad vecina de Dandenong en el día en que se recuerda el desembarco de 1915 en Gallipoli, Turquía. Esa campaña fue la primera acción militar importante de los ejércitos australiano y neozelandés durante la I Guerra Mundial, y cientos de miles de personas asisten a los actos de recuerdo en toda Australia. Si es condenado, Besim podría afrontar una pena de cadena perpetua.

El acusado y otros cuatro supuestos conspiradores fueron detenidos en Melbourne una semana antes del día de los actos conmemorativos. Lleva encarcelado desde entonces.

En documentos judiciales, la fiscalía alegó que Besim habló con un cómplice en Gran Bretaá sobre cargar un canguro con explosivos, pintarle "el símbolo de EI" y soltarlo hacia la policía.

También se le acusó de planear un atropello a un policía con un automóvil para después decapitar al agente.

La policía alega que el joven estaba motivado por una ideología extremista y había expresado su apoyo a organizaciones terroristas, en concreto el grupo Estado Islámico.

Un tribunal británico condenó en octubre a un niño de 15 años procedente de Blackburn, en el noroeste de Inglaterra, por su papel en la trama.

En una sentencia en el Tribunal de la Corona de Manchester, el juez John Saunders dijo que el adolescente, que no puede ser identificado debido a su edad, sólo saldría en libertad cuando ya no fuera un peligro para el público. Saunders impuso una cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional durante cinco años.