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El Kremlin pone fin a la polémica por el baúl de Louis Vuitton de la Plaza Roja

El Kremlin exigió que se desmonte el baúl gigante con los colores de la marca francesa de lujo Louis Vuitton instalado en la Plaza Roja, patrimonio mundial de la Unesco, para poner fin a la indignación suscitada en Moscú.

Una fuente cercana a la presidencia dijo a agencias rusas que se había pedido retirar "rápidamente" la instalación levantada en esa plaza, entre las murallas del Kremlin y el centro comercial Gum, que fue el encargado de obtener las autorizaciones para construir el pabellón en ese sitio.

"La cuestión de desmontar ese pabellón, que ha dado mucho que hablar, está resuelta, y los organizadores comienzan a desmontarla", declaró unas horas más tarde un portavoz del ayuntamiento de Moscú, Vladimir Tchernikov, citado por la agencia Interfax.

"De momento nada es oficial. No hemos recibido orden oficial de desmontarlo", declaró por su parte a la AFP un portavoz de la marca de lujo en París.

El centro comercial Gum había indicado horas antes en un comunicado que había pedido a la marca desmontarlo rápidamente ante la indignación "de una parte de la sociedad y el hecho de que la construcción sobrepasa las dimensiones autorizadas".

El baúl marrón y amarillo con las siglas de Louis Vuitton, LV, y dos franjas con los colores de la bandera rusa mide nueve metros de alto y 30 de largo y lleva diez días en el centro de la plaza, patrimonio mundial de la UNESCO.

El pabellón iba a acoger a partir del 2 de diciembre, y hasta el 19 de enero, una exposición de maletas de Louis Vuitton que a lo largo de la historia pertenecieron a diversas celebridades y cuya recaudación se destinaría a la fundación caritativa de la modelo rusa Natalia Vodianova, Naked Hearts, que ayuda a niños discapacitados.

Su presencia a dos pasos del Kremlin suscitó numerosas reacciones, y muchos denunciaron una operación de comunicación en un lugar de gran valor simbólico para Rusia.

"Es una construcción horrible", dijo a la AFP Liudmila, una jubilada que se paseaba por la Plaza Roja, mientras que Tikhon, un joven de unos treinta años, calificó el pabellón de "monstruoso".

La Red se hizo eco de la polémica convirtiendo la instalación en objeto de burla: un montaje fotográfico compartido en Facebook mostraba el mausoleo de Lenin, situado en la misma plaza, decorado con los colores de Louis Vuitton.

Ante la polémica generada, el Kremlin y el Ayuntamiento de Moscú rechazaron toda responsabilidad, mientras que el Gum señaló en un comunicado que la construcción había recibido todas las autorizaciones necesarias.

"Fue el Gum quien se encargó de las cuestiones de autorización (...) Nosotros no estuvimos implicados de ninguna forma en este asunto", declaró Viktor Jrekov, portavoz de los servicios administrativos del Kremlin.

Preguntado sobre si había sido consultado antes de la instalación del baúl gigante, el servicio de protección del Kremlin, conocido por su intransigencia en lo referido a la seguridad de la presidencia rusa, aseguró no tener ninguna información sobre el asunto.

Por su parte, el ayuntamiento de Moscú dijo que la Plaza Roja no entraba en sus competencias.

"Como está en la Plaza Roja, son las estructuras federales las que avalan" el proyecto, declaró un responsable de seguridad del ayuntamiento, Alexei Maiorov, citado por la agencia Interfax.