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Dulce, pegajosa y eterna, Madonna impacta a Buenos Aires

BUENOS AIRES (AFP). Madonna deslumbró a Buenos Aires la noche del viernes con un impecable despliegue técnico y coreográfico en la segunda presentación de su show "Gira dulce y pegajosa" ante unas 66,000 personas en el estadio Monumental de River Plate.

La diva del pop, teatralizó cada uno de los 25 temas que interpretó en una actuación que excede lo musical para convertirse en un gran show donde se destacan tanto su voz como sus dotes de bailarina sobre una estética de videoclip.

La eterna chica material, meneó su cuerpo esculpido y musculoso durante dos horas en un concierto en el que la acompañaron una veintena de bailarines en un escenario descomunal de unos 85 metros de largo.

Tras un retraso de media hora, la blonda emergió en el centro del escenario sentada en un imponente sillón con una irreverente pose de piernas abiertas para iniciar el espectáculo con el tema "Candy Shop".

El público que asistió con desinterés al espectáculo previo del DJ Paul Oakenfold, estalló en una ovación delirante cuando un escenario a oscuras y el sonido del tick-tack de un reloj indicaban que Madonna iniciaba el show.

"Hola, Buenos Aires", dijo apenas para desatar un frenético grito de la multitud y lanzarse sin respiro a la interpretación de "The beat goes on", "Vogue" y "Human nature".

"Yo quiero que ustedes se sientan felices", dijo en un perfecto español antes de adentrarse a uno de los pasajes más emotivos de la noche, cuando interpretó "No llores por mí Argentina", tema de la ópera rock 'Evita', de Rice y Webber, que protagonizó en el cine bajo la dirección de Alan Parker.

Dos enormes pantallas montadas a los lados del escenario reprodujeron imágenes de la extinta líder política Eva Duarte de Perón, mientras la multitud acompañó la interpretación en un estremecedor silencio. De esas mismas pantallas se valió Madonna para cantar "Beat Goes On" a dúo con Britney Spears, que recurso técnico mediante, la acompañó desde un video.

Madonna hizo gala de su excelente estado físico y hasta saltó a la soga en un pasaje de la teatralización que acompañó al tema "Into the Groove".

También supo apelar a la satirización de sí misma con la puesta de "She is not me" en la que las pantallas reproducían imagenes de su camaleónica carrera mientras ella avanzaba entre bailarinas vestidas con máscaras que la emulaban.

El show revivió el sonido más latino de su carrera con la versión de "La Isla Bonita" que interpretó en una versión con guitarras flamencas y tuvo su corolario cuando le concedió un pedido a un fan y cantó 'a capella' el tema "Like a Virgin".

El toque posmoderno también tuvo su lugar en el el sonido y el vestuario con temas como "Like a payer", "Ray of light" y "Give it 2 me", durante un concierto que hizo referencia a la estética de Keith Haring, un artista de graffiti neoyorquino que murió de sida.

Con ritmos del hip-hop, el flamenco, el pop, la electrónica o el rock, Madonna demostró que a los 50 años sigue siendo un torrente de vitalidad en el escenario y que no reniega de los clichés que la hicieron famosa en los años 80.

La diva eligió los conciertos de Buenos Aires para grabar los DVD de la gira, los que se registrarán durante las últimas presentaciones, previstas para el domingo y el lunes en el estadio de River Plate.

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