LOS ANGELES Cine - 

Zemeckis espera glamour, intriga atraigan público a "Allied"

En un mundo de franquicias, relanzamientos y adaptaciones de cómics, el original thriller de espionaje "Allied" es en comparación una apuesta atrevida para un estudio.

Glamorosa, seria y hecha de una manera clásica (con una buena dosis de efectos generados por computadora), la cinta del director Robert Zemeckis y el guionista Steven Knight busca volver a la era de Hollywood de épicas de David Lean y grandes romances entre exuberantes luminarias.

En "Allied", los aspirantes a Bogart y Bergman son Brad Pitt y Marion Cotillard, quienes se sumergen en suntuosos trajes y escenarios de época para contar la historia de un par de espías en la Segunda Guerra Mundial, en Casablanca y luego en Inglaterra, que se enamoran en medio de la agitación. Su felicidad se pone en entredicho cuando los superiores de Max (Pitt) le informan que sospechan que Marianne (Cotillard), ahora su esposa y madre de su hijo, es una agente doble.

"Es raro que todavía podamos hacer películas como esta, relatos de amor muy profundos con temas originales e historias sorprendentes", dijo Cotillard. "Es una película muy entretenida, con sentimientos muy fuertes y poderosos y verdaderas interrogantes sobre el amor y la guerra".

Zemeckis quedó complacido al ver lo naturales que lucían sus protagonistas en ropas de antaño.

"A veces uno le pone trajes de época a actores contemporáneos y parecen disfrazados", dijo el director. "Pero ellos lograron llevar esos atuendos de una manera completamente acertada".

Los trajes, creados por la diseñadora de vestuario predilecta de Zemeckis y Steven Spielberg, Joanna Johnston, fueron una parte esencial para los personajes. Cotillard los llama "otra capa de piel". Dice que estuvo encantada de lucir trajes similares a los de ídolos de su niñez como Ingrid Bergman y Katharine Hepburn.

"Veía a actrices en películas glamorosas y ese era parte de mi sueño de ser actriz", expresó.

En el plató, Cotillard también se convirtió en una maestra de facto para Pitt, quien tuvo que lograr un acento franco-canadiense para el papel.

"Fue mucho estrés para él, mucho estrés", recordó la actriz. "Trabajaba todos los días. Yo lo ayudé siendo muy honesta. Es la única manera que a uno lo pueden empujar a hacer lo mejor que pude. Quedé muy impresionada con su dedicación".

Pitt, quien está atravesando su separación de Angelina Jolie Pitt, no estuvo disponible para entrevistas en Los Ángeles. La intriga en torno a uno de los divorcios de celebridades de más alto perfil en años recientes también fue inesperadamente vinculada a la película cuando circularon rumores de que Pitt y Cotillard habían tenido un romance.

No ayudó que Paramount emitiera el primer avance del filme apenas unas horas después de que la noticia del divorcio estallara, insinuando al parecer un "Mr. & Mrs. Smith" con ángulo de guerra. Zemeckis insiste en que fue una coincidencia y no un modo escabroso de conseguir publicidad, aunque se ríe al decir que sabe que nadie cree eso.

Las conjeturas se salieron de control al punto que Cotillard, embarazada de su segundo hijo con su pareja Guillaume Canet, emitió un comunicado para desmentir los rumores.

La actriz esquivó una pregunta sobre cómo fue para ella pasar por esa experiencia.

"No tenía nada con qué lidiar, en serio", aseveró. "Dije todo lo que tenía que decir al respecto. No soy yo la que está en una situación muy complicada".

Cuando se le preguntó sobre el tener que promover la película sin Pitt, su publicista saltó a decir que no tenían más comentarios sobre el asunto.

"Amamos esta película", dijo Cotillard tras la interrupción. "Estamos muy orgullosos de ella y muy orgullosos de compartirla hoy con el público y los medios".

De hecho, el público es una gran interrogante para el filme, que según reportes costó 85 millones de dólares.

La cinta terminó siendo un esfuerzo de efectos visuales mayor de lo que Zemeckis había previsto. No tenían el presupuesto para construirlo todo, así que lo resolvieron construyendo un poco y usando extensiones digitales de sets para crear las locaciones de guerra especificadas en el guion.

No es la primera vez que Zemeckis amplía sus límites en el cine, y también conoce de primera mano cuán devastador es no lograr conectar con la audiencia. El año pasado su ambiciosa "The Walk", con costo de 35 millones de dólares, apenas recaudó 10,1 millones a nivel doméstico.

"Fue horrible", reconoció Zemeckis. "Creo que es mi mejor película. Es decepcionante cuando la gente no quiere verla".

No ve con optimismo el futuro del medio en momentos en que el público no parece interesado.

"Simplemente no sé cuál será el futuro del cine. Cada vez luce más como que, no vamos a hacer más películas si la gente no va. Es un negocio", explicó. "Lo único que pueden hacer los cineastas es tratar de hacer lo mejor que pueden, pero si estamos en una situación en la que el público es ambivalente y no le importa, no podemos obligar a la gente a ir al cine. Nada es eterno".

Cotillard fue un poco más positiva.

"Yo estoy segura de que la gente todavía querrá ser sorprendida", dijo.

FUENTE: AP