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Tiré la toalla, afirma director de Cidade de Deus sobre actor drogadicto

El director brasileño Fernando Meirelles, que alcanzó la fama en 2002 gracias a la película "Cidade de Deus", expresó este sábado su tristeza por la situación de indigencia de uno de los actores del film, descubierto esta semana deambulando por Cracolandia, un deprimido barrio de Sao Paulo.

"Infelizmente, agoté todos mis recursos emocionales", confesó Meirelles al diario Folha de Sao Paulo en una entrevista sobre su relación con Rubens Sabino, quien interpretó al narcotraficante Neguinho en la película.

La prensa brasileña reconoció esta semana a Sabino, de 33 años, pidiendo dinero por las calles de Cracolandia, un barrio de Sao Paulo frecuentado por consumidores de crack e indigentes.

Meirelles contó, sin embargo, que intentó durante muchos años ayudar a Sabino a dejar la calle, donde vive desde que tenía 7 años, pero que acabó admitiendo su derrota.

Después del éxito de "Cidade de Deus" en 2002, que no sólo recibió grandes elogios de la crítica brasileña sino que también fue nominada a cuatro premios Oscar, Meirelles y sus socios emplearon a Sabino y le ayudaron a estudiar en Sao Paulo para alejarle de las calles, según contó el realizador.

Pero, "infelizmente, no se lo tomó en serio, no iba a las clases y acabó siendo expulsado", relató Meirelles.

Más tarde, el director le buscó sitio en una clínica de rehabilitación, pero a los cuatro meses comenzó a crear problemas y volvieron a echarle.

"Fue entonces cuando tiré la toalla. Pensé que si él estaba realizando sus propias elecciones, debería enfrentar las consecuencias", contó Meirelles.

El famoso director brasileño recurrió a un reparto en gran parte amateur, como Sabino, para dar realismo a su crudo relato sobre la corta vida de los jóvenes en las favelas de Rio de Janeiro.

Un año después del éxito del filme, el actor que dio vida a Neginho ya fue detenido por haberle robado la cartera a una pasajera de un ómnibus en Rio.

Sabino, quien ya se había quejado en el pasado de que la producción de la película apenas les pagó las necesidades básicas a los actores, contó este jueves a la televisión Globo que su vida en Cracolandia era "un infierno" y expresó su deseo de marcharse a Portugal para empezar una nueva vida.