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Emily Ratajkowski ha perdido papeles en el cine por culpa de sus pechos

La gran cruz de la modelo reconvertida en actriz Emily Ratajkowski es ser demasiado sexy para interpretar ciertos papeles en la gran pantalla y tener además demasiada integridad como para pasar por el aro y aceptar convertirse en un mero adorno o en el manido estereotipo de 'femme fatale' en cada una de sus producciones.

Estos dos factores combinados han acabado por costarle más de un trabajo en la industria cinematográfica, en la que sin embargo sigue luchando por hacerse un hueco para convencer a más de uno de que el talento no está reñido con usar una talla grande de sujetador.

"Hay algo que siempre me sucede, que la gente diga: 'Oh, es demasiado sexy'. Es algo directamente en contra de las mujeres, el que algunas personas no quieran trabajar conmigo porque mis pechos son demasiado grandes. ¿Qué hay de malo con mis te*as? Son un atributo femenino precioso, y deberían ser celebradas. A ver, ¿a quién le importa realmente? Es genial si tienes unas grandes, y también si son pequeñas", afirma la maniquí haciendo toda una oda a la diversidad en una entrevista a la edición australiana de la revista Harper's Bazaar.

El gran problema de la guapa artista es, irónicamente, que su belleza eclipsa siempre cualquiera de sus otros méritos. Sin importar que fuera indiscutiblemente su atractivo el que le abrió las puertas de la moda y, más tarde, las del cine, Emily está harta de que casi nadie sea capaz de ver más allá de su cara bonita o de su figura.

"Hace poco un hombre, con el que disfruté mucho conversando, escribió un artículo sobre mí. Pero escribió que, cuando me vio por primera vez, una parte de él esperaba que entrara en tanga a la cafetería donde habíamos quedado. Jamás habría escrito algo así sobre un hombre. En cualquier caso, creo que ya forma parte de mi identidad. Es algo que simplemente la gente no entiende. En cada artículo que leo sobre mí, veo cosas como 'es tan sexual, es toda una sex symbol, ¡y también sabe de política!'. Eso, en sí, es sexista. ¿Por qué tengo que ser lo uno o lo otro?", lamentaba hace tiempo en la revista Marie Claire, un discurso que ha repetido en incontables ocasiones sin, aparentemente, demasiado éxito.

FUENTE: Showbiz