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Después de Hitler, Mussolini regresa en una comedia

Un Mussolini casi entrañable, interpretado sin caricatura, reaparece en una Italia multiétnica en la comedia "Sono tornato" (He vuelto), que se ha estrenado en el país un mes antes de las elecciones legislativas.

La película retoma fielmente la trama de "Ha vuelto" (2015), una comedia alemana adaptada del best seller del escritor Timur Vermes sobre el éxito fulgurante conseguido por un Adolf Hitler resucitado en la Alemania contemporánea.

En "Sono tornato", Mussolini, interpretado por Massimo Popolizio, descubre una Italia multiétnica, que está a punto de legalizar las uniones civiles entre homosexuales.

Tras llamar la atención de un ambicioso director de vídeos, el dictador emprende un viaje por el país para reconquistar a los italianos, antes de convertirse en una estrella de la televisión, donde todo el mundo cree que es un actor.

Como en la película alemana, el realizador Luca Miniero integra escenas de encuentros entre el actor disfrazado y transeúntes, que lo acogen con sonrisas, le piden selfis y le dedican el saludo fascista.

En escenas de pura ficción parecidas a las de un documental, un campesino asegura que quiere echar a todos los migrantes al mar, excepto su yerno, y un napolitano se muestra a favor de una dictadura para poner orden, pero una "dictadura libre, con dos partidos".

"No queríamos hacer el juicio de Mussolini, la historia ya lo juzgó. Queríamos hablar de los italianos", cuenta Miniero a la AFP.

"Hemos descubierto una Italia sin dirección política, bastante racista, enfadada, un poco depresiva, que busca un hombre fuerte. Pero me ha parecido más humana que la Alemania de 'Ha vuelto', hay menos rabia", añade.

El dictador canta, llora, ríe... Un retrato demasiado humano para algunos críticos, que lamentan que una abuela judía con alzheimer sea la única que recuerda la realidad del fascismo. "En aquella época la gente también se reía, en aquella época también creían que sólo era un cómico", dice la anciana.

Poco a poco el espectador se siente incómodo ante lo que ve. "¿Por qué hacer bromas sobre los inmigrantes? Si alguien tiene ratas en casa no llama a un cómico, llama a la desratización", dice Mussolini durante su primer programa televisivo.

"Al principio nos reímos, y luego nos avergonzamos un poco de nuestras risas", explica el director que considera que, "en el fondo, Mussolini es uno de los nuestros, jamás se marchó".

El día de su estreno, la película se colocó en el tercer lugar en la taquilla italiana con 16.500 entradas, por detrás de "Los archivos del Pentágono" (28.500) de Steven Spielberg y el filme de ciencia ficción "El corredor del laberinto: La cura mortal" (20.400).

"Me gustó mucho la película alemana hace dos años. En esta se ríe menos, me afecta más", explica Matteo, un estudiante de 24 años, al salir de un cine de Roma.

"Hay una parte de Italia y de los italianos que añora el tiempo en el que había orden, y eso hace reflexionar", dice un quincuagenario, que no quiere dar su nombre.

Miniero asegura que es "una casualidad" si la película se estrena tan solo un mes antes de las elecciones legislativas, en las que se prevé un avance de los partidos populistas o de extrema derecha.

Aunque su personaje ataque por igual a todos los políticos, el director espera que la película incite a los italianos a acudir a las urnas.

"No corremos el riesgo de un regreso del fascismo con los tanques en las calles, pero ya estamos en el populismo", afirma Miniero aunque, como dice el Mussolini de la cinta retomando palabras reales del Duce: "No es difícil gobernar este país (Italia), es inútil".

FUENTE: AFP