España Economía - 

Casas inacabadas, el hogar de familias españolas sin recursos

BOLLULLOS PAR DEL CONDADO ( AFP ) Aunque el lavabo del baño de Juana Alonso es nuevo, el agua no fluye del grifo. Tampoco hay bombillas colgando de las lámparas. La casa no está terminada pero ni Juana ni sus vecinos podían esperar para encontrar un hogar.

Junto con otras docenas de vecinos, víctimas desesperadas de la recesión española causada por el desplome del boom inmobiliario, se ha mudado a una vivienda inacabada abandonada en las afueras de su pueblo, Bollullos Par Del Condado, en la calurosa región sureña de Andalucía.

"Llegué al extremo de que ya no podía pagar el alquiler. Entonces todo estaba abierto, entramos aquí y aquí seguimos", explica Juana, de 53 años, una auxiliar de enfermería desempleada, mientras fuma en su portal.

Al borde de un campo donde pastan los caballos, Juana y sus vecinos han encontrado su pequeña urbanización con unas setenta elegantes casas, pintadas de amarillo y blanco. Aunque vacías, medio desvalijadas y sin agua ni electricidad, la edificación está terminada.

"Espero que se mueva un poco y que nos den luz y agua y un alquiler social", dice, con la cara enrojecida y sudando bajo un asfixiante temperatura de 40 grados. "Lo necesitamos. Que no somos perros, somos seres humanos".

A algunas casas les faltan las puertas y los baños, pero al menos todas tienen un techo para proteger a sus habitantes del implacable sol andaluz.

Como incontables proyectos urbanísticos a lo largo del país, la urbanización fue abandonada por los promotores cuando los créditos bancarios dejaron de fluir por la crisis financiera de 2008.

A diferencia de los numerosos "pueblos fantasma" en España, la vida ha vuelto a esta finca gracias a estas familias lugareñas arruinadas por la crisis.

En una región agrícola donde la tasa de desempleo roza el 37 por ciento -notablemente superior al 27 por ciento que registra España-, estas viviendas vacías han atraído a las familias más desfavorecidas.

El gobierno socialista de la región andaluza aprobó en abril una medida para expropiar temporalmente el uso de viviendas a bancos e inmobiliarias para evitar los desahucios de sus habitantes, que se acogen a un alquiler social.

"Un techo para mis hijos"

El decreto llegó tarde para Juana y sus vecinos, que ahora esperan a que las autoridades les digan si pueden permanecer o no en sus casas sin finalizar.

Unos portales más allá del de Juana, Toñi García, de 23 años, espera sentada en una silla fuera de su vivienda. Su bebé de tres meses reposa en su falda, mientras bebe leche de un biberón.

Cerca, unos vecinos llenan cubos de un gran barril de plástico lleno de agua con la que se lavan y preparan café, utilizando la comida y los utensilios donados por organizaciones benéficas.

"Teníamos que venir porque no nos quedaba otra", dice Toñi, que solía trabajar en los abundantes campos de olivos de la región. "A mí no me importa dormir en un banco pero mis hijos no, por lo menos que mis hijos no duerman en la calle, que tengan un techo".

La crisis española ha dejado a muchas personas en la calle mientras, paradójicamente, miles de viviendas se quedaban vacías. En Andalucía hay al menos 700.000, según el gobierno regional.

"Pagaba 225 euros que es el alquiler más barato que puedes encontrar, pero al no tener nada y mi pareja tampoco, no trabajamos, nos iban a echar. Entonces tomamos la decisión de meternos aquí", explica Toñi.

Su vecino, José Manuel Rodríguez, de 34, frunce el ceño en el recibidor de la casa que ocupa junto a su compañera y su hija de 11 años.

Solía ganarse la vida en los fresales que se expanden a lo largo de Huelva hasta que el trabajo empezó a escasear.

"Hemos entrado aquí sin hacer daño ninguno, todo el contrario. Nosotros llamamos a la Guardia Civil, al ayuntamiento, diciendo que estamos aquí. Lo que queremos es negociar una salida digna o una vivienda", asegura.

"Que el ayuntamiento o el gobierno de Andalucía o quien le corresponda, se mueva y dé una solución a este mal", asevera.