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Bailén, estandarte del ladrillo en Andalucía hundido por crisis

Bailén ( AFP ) Las malas hierbas invaden las pilas de arcilla otrora consumida insaciablemente por las industrias de Bailén, ciudad andaluza enteramente dedicada a la producción de ladrillos que desde el fin del milagro inmobiliario español vio frenar su economía y crecer el desempleo.

"Llevamos sin moler arcilla desde octubre", se lamenta José Flores, de 63 años, propietario de la cantera Arcilla Bailén, tras cargar junto a su socio unos pocos camiones para las tres fábricas de ladrillo que siguen abiertas.

Antes "había que trabajar de noche y de día, había varios relevos. Antes estábamos seis, trabajando aquí, y ahora estamos dos y sobramos los dos", afirma.

En el momento álgido del auge inmobiliario, que impulsó la economía española durante más de diez años, había en Bailén 50 fábricas que empleaban a 3.000 personas.

Especializada desde hace décadas en la arcilla y la cerámica, la ciudad producía entonces el 18% de los ladrillos producidos en España.

Pero la explosión de la burbuja inmobiliaria en 2008 siniestró la economía local, basada al 90% en el ladrillo, provocando el cierre de fábricas y afectando al transporte, el comercio y la restauración.

"Esta ciudad se está convirtiendo o se ha convertido prácticamente en una ciudad fantasma, donde todas las familias, todas sin excepción, están afectadas en mayor o menor grado por esta crisis", dice Pedro Cárdenas, representante del sindicato Comisiones Obreras.

Con 18.763 habitantes y casi 4.000 desempleados en febrero, casi un 35% de su población activa, Bailén pulveriza el triste récord que la región de Andalucía detenta en España con 31,23% de paro frente al 22,85% nacional.

"El único trabajo en mi vida que he hecho ha sido la cerámica", explica Manuel Durán, de 46 años.

En el salón de su casa, comprada por 200.000 euros (unos 265.000 dólares) a crédito cuando ganaba 1.200 euros al mes y no le faltaba el trabajo, él y su esposa Loli detallan las flacas finanzas familiares.

Desempleado desde 2010 agotó las ayudas estatales en febrero. La pareja tiene dos hijos, de 19 y 20 años, pero sólo trabaja la mayor, que aporta a los ingresos familiares su sueldo de 700 euros como asistente de enfermería.

Como muchos habitantes de Bailén, Manuel se resignó este invierno a volver a trabajar en los campos de olivos, por primera vez desde hace 15 años. En diez días de trabajo ganó cerca de 500 euros, pero allí también hay demasiada mano de obra. "Hay gente de más en el campo, sobra", afirma.

El desempleo generalizado en Bailén es "una tragedia", reconoce Victoria Fernández, responsable de vivienda del ministerio regional andaluz de obras públicas.

Para mejorar la situación, su departamento espera lograr que los constructores utilicen prioritariamente materias primas de la región cuando el sector de la construcción reanude su actividad.

"Indudablemente, no será el mismo nivel de empleo que hace 10 años. Estamos construyendo 10 veces menos", reconoce.

Con estas sombrías perspectivas, Andalucía se dispone, según los sondeos, a dar la victoria a la derecha en las elecciones regionales del domingo, arrebatando a los socialistas su más importante bastión, donde gobiernan desde hace 30 años.

Con todo, José predice un futuro funesto para la ciudad.

"Particularmente la gente joven tiene que emigrar toda", afirma. Pero eso también resulta difícil porque "como aquí había mucho trabajo, muchos no han estudiado", explica.

"¿Ahora qué te encuentras? Que la mano de obra barata fuera no interesa", lamenta.