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Ataques a Facebook se vuelven contra su número 2 Sandberg

Durante la última década, Sheryl Sandberg ha sido la lugarteniente serena y confiable del jefe de Facebook, Mark Zuckerberg, ayudando a la empresa a extenderse por el mundo y cultivando una imagen que intima aspiraciones posteriores.

Pero ante las críticas crecientes a las prácticas de la empresa o su falta de vigilancia, su imagen cultivada de elocuente líder feminista empieza a agrietarse. Últimamente la gente ya no pregunta si será candidata a senadora o incluso presidenta, sino si debe conservar su puesto en Facebook.

“Su imagen recibía tantos cuidados como los jardines de Tokio”, dijo Scott Galloway, profesor de marketing en la Universidad de Nueva York. “Y desgraciadamente, un huracán ha arrasado el jardín”.

Los huracanes en Facebook se han multiplicado en los últimos dos años: noticias falsas, injerencia electoral, mensajes de odio racial, un escándalo por violaciones a la intimidad y una larga lista de etcéteras. La respuesta de la empresa _vale decir, de Zuckerberg y Sandberg_ ha sido lenta en el mejor de los casos, engañosa y confusa en el peor, como informó el New York Times la semana pasada. Ese informe y uno del Wall Street Journal pusieron de relieve la influencia de Sandberg en la empresa, aunque Zuckerberg ha sobrellevado el peso de las críticas y la furia. Hay pedidos de que ambos sean expulsados.

Pero debido a la estructura de Facebook, despedir a Zuckerberg sería poco menos que imposible. Controla la mayoría de acciones con voto, es el presidente de la empresa y tiene _al menos públicamente_ el respaldo del directorio. O sea que en esencia debería autodespedirse. Despedir a Sandberg sería la otra opción lógica si se trata de obligar a un jerarca a rendir cuentas. Aunque es poco probable, el hecho mismo de que se hable de ello es prueba de la magnitud de los problemas de Facebook.

Como gerente de operaciones, Sandberg está a cargo de los negocios de la empresa, incluso de la publicidad que constituye la mayor parte de sus ingresos. Bajo su mando, una empresa tecnológica en ascenso se convirtió en un negocio global que este año prevé ingresos por 55.000 millones de dólares. Solo Google la supera en publicidad digital.

Pero también corre con la culpa cuando suceden cosas malas, como que Facebook no supo descubrir los intentos rusos de ejercer influencia sobre las elecciones estadounidenses al comprar publicidad política para Estados Unidos... y pagarla en rublos. Aunque niega todo conocimiento de que Facebook contrató a una firma de investigaciones sobre la oposición para desacreditar a los activistas, Sandberg creó un ambiente tolerante mediante lo que el Times llamó una “campaña agresiva de cabildeo” contra sus críticos. Después que apareció el informe en el Times, Facebook despidió a la firma, llamada Deniers.

FUENTE: AP

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