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Historia y objetivos del ASEM desde su fundación en 1996

Vientiane, ( EFE ). El foro Asia-Europa (ASEM) nació en 1996 como un canal de diálogo informal al más alto nivel entre los dos continentes con el objetivo de fortalecer las relaciones en los ámbitos económico, político y cultural.

La primera cumbre se celebró en Bangkok hace 16 años y desde entonces se han alternado estas reuniones en Asia y Europa con carácter bienal: Londres (1998), Seúl (2000), Copenhague (2002), Hanoi (2004), Helsinki (2006), Pekín (2008) y Bruselas (2010).

Los miembros fundadores asiáticos son Brunei, Corea del Sur, China, Filipinas, Indonesia, Japón, Malasia, Singapur, Tailandia y Vietnam, mientras que por la parte del viejo continente se adhirieron los entonces quince países miembros de la Unión Europea (UE).

En la Cumbre de Hanoi, se incorporaron Chipre, República Checa, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Hungría, Letonia, Lituania, Malta y Polonia, por parte europea, y Birmania (Myanmar), Camboya y Laos por el lado asiático, los miembros de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) que faltaban en el ASEM.

Australia, Bulgaria, India, Mongolia, Nueva Zelanda, Pakistán, Rumanía y Rusia se sumaron en momentos posteriores, y ahora en Vientiane está previsto que se unan Bangladesh, Noruega y Suecia.

El intercambio comercial del ASEM llegó a los 862.000 millones de euros (1,1 billones de dólares) en 2011, partida en la que 532.000 millones de euros (689.000 millones de dólares) corresponde a las exportaciones asiáticas.

ASEM nació, a propuesta de Singapur, bajo los principios de igualdad, respeto y beneficio mutuo, con el ánimo de convertir el diálogo en un foro abierto en busca de una mayor cooperación política, económica y cultural.

En el campo político, han emergido nuevas áreas de interés común como la lucha contra el terrorismo, la inmigración, los derechos humanos, el medioambiente y el impacto de la globalización.

Desde el punto de vista económico y financiero, el objetivo es la liberalización del comercio y la inversión.

La necesidad de un acercamiento cultural es la otra prioridad del ASEM, cuyos miembros han venido reforzando el intercambio, especialmente en el campo de la educación.

El ASEM también obedece a las corrientes del mundo actual que se traducen en integración, regionalización y globalización.

En la Cumbre de Bangkok, los líderes de los 25 países fundadores establecieron las instituciones y discutieron, entre otros proyectos, la construcción de un ferrocarril transasiático, planes de desarrollo para la región del Mekong y el establecimiento de un centro de tecnología medioambiental.

Al año siguiente nació la Fundación Asia-Europa (ASEF) con la finalidad de establecer el foro adecuado para el diálogo no gubernamental.

La Cumbre de Londres abordó en profundidad la crisis financiera asiática (1997) y aprobó el Marco de Cooperación Asia-Europa (AECF), el Plan de Acción para la Facilitación del Comercio (TFAP), el Plan de Acción para la Promoción de la Inversión (IPAP) y la creación del Centro de Tecnología Medioambiental en Tailandia.

Además, se pasaron ocho iniciativas de cooperación en las áreas tecnológica, protección a la infancia y cuidado del patrimonio histórico.

La promoción del comercio, la búsqueda de una mayor aproximación política, cultural, educativa y medioambiental fueron los temas principales de la Cumbre de Seúl, donde también se habló de recursos humanos, crimen trasnacional, derechos de la mujer y el menor y se aprobó una declaración final que llevaba implícito un llamamiento a la paz en la península coreana.

La cita de Copenhague se celebró bajo la sombra del 11-S y las conversaciones se centraron en torno a la cooperación en materia de seguridad y se alcanzó un compromiso para combatir el terrorismo internacional.

El terrorismo internacional también dominó el diálogo en Hanoi (2004) y Helsinki (2006).

La Cumbre de Pekín coincidió con el estallido de la crisis financiera internacional y el problema del terrorismo quedó relegado a un segundo plano.

La UE logró en la capital china el apoyo de los principales socios asiáticos a su iniciativa para reformar las reglas e instituciones financieras internacionales.

En Bruselas (2010), se secundó mantener las reformas económicas y del sistema financiero internacional, y además se trató del terrorismo, el conflicto coreano, el programa nuclear de Irán o el cambio climático.

FUENTE: Agencia EFE

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