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Galápagos: 2 perros entrenados ayudan con plaga de caracoles

Los caracoles africanos gigantes pasaron de ser una presencia incómoda en la turística isla Santa Cruz, hasta convertirse en una plaga difícil de erradicar y que infesta amplios sectores urbanos y rurales de esa isla, claves para la alimentación de la comunidad.

Pero los días de esos moluscos parecen estar contados en Galápagos, porque dos perros procedentes de Texas ayudarán a detectar no solo a los caracoles adultos, sino a los huevos, lo que hará más fácil su erradicación. Es la primera vez que perros ayudan a la ecología en estas islas ecuatorianas en medio del océano Pacífico.

Esa plaga afecta a unas 20 hectáreas de Santa Cruz, y ha hecho de los cultivos de banano, piña, zanahoria tomate, pimiento, yuca y café, su zona de expansión, causando serios problemas de abastecimiento para los isleños, e inconvenientes económicos a los propietarios.

Atrás quedaron los días en que el personal de la Agencia de Regulación y Control para la Bioseguridad y Cuarentena para Galápagos, salía en las noches de lluvia a recolectar caracoles manualmente siempre con pobres resultados.

Los perros, un labrador retriever dorado llamado Darwin, nombre absolutamente conveniente para defender a Galápagos, y Neville, un labrador negro, llegaron desde Texas en diciembre del año pasado y aunque siguen en fase de entrenamiento, han empezado a trabajar para erradicar los caracoles. Fueron donados por las organizaciones estadounidenses Dogs for Conservation e Island Conservation.

Martín Espinosa, director interino de Agencia de Regulación y Control para la Bioseguridad y Cuarentena para Galápagos, dijo a la AP que esos caracoles "son muy peligrosos porque son una de las plagas más invasivas de todo el mundo, ocupan rápidamente nichos ecológicos, deterioran el ecosistema, perjudican a las especies, transmiten enfermedades a los seres humanos, son una amenaza ecológica y agrícola".

Precisó que esos moluscos están únicamente en la isla San Cruz, en la zona urbana y en las zonas agrícolas de la parte alta.

Aunque el trabajo de los canes se limita de momento a detectar caracoles, esa agencia gubernamental espera establecer una unidad canina en Galápagos hasta el 2017, la que podría estar integrada entre seis y ocho perros, para laborar en puertos y aeropuertos a fin de prevenir la introducción de especies invasoras animales y vegetales.

El archipiélago de Galápagos es un santuario de vida natural por sus especies animales y vegetales, terrestres y marinas únicas en el mundo, donde el científico inglés Charles Darwin pudo ratificar su teoría de la evolución de las especies en el siglo XIX. Son patrimonio natural de la humanidad desde 1979 y seis años más tarde fueron declaradas como reserva de la biósfera.

"Galápagos es el archipiélago tropical mejor conservado del mundo, gracias a la vigilancia de las agencias de gobierno responsables de su protección. La experiencia ha mostrado que una vez que una especie invasora se establece, es casi imposible removerla. Estos caracoles representan una amenaza inminente para la agricultura local, así como para la supervivencia de las especies de caracoles endémicas de Galápagos", dijo Johannah Barry, Presidente, Galápagos Conservancy, en un documento de esa organización enviado a la AP.

Iniciativas con canes adiestrados para evitar la introducción de especies invasoras a nichos ecológicos, están en marcha en países como México, Chile, Australia, Nueva Zelanda y Estados Unidos.

Entre el 2011 y el 2012, un equipo de científicos enfrentó una de la amenazas más preocupantes de estas islas: una plaga de ratas que estaba a punto de diezmar población animal y vegetal autóctona de las islas Isabela, Santa Cruz, San Cristóbal, Floreana y Rábida. Para erradicarla inventaron un veneno especial anticoagulante que tuvo un éxito rotundo, lo que casi de inmediato dio paso a la repoblación natural de esas islas.

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