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Analizan por primera vez agujero negro supermasivo

PARIS (AFP). Un equipo de astrónomos logró observar y analizar un agujero negro supermasivo situado a 10,000 millones de años luz de la Tierra, anunció hoy lunes la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL).

Los investigadores de un equipo internacional sondearon las partes interiores del disco de acreción del que se alimenta el agujero negro "a un nivel de detalle 1,000 veces superior a las capacidades actuales de los grandes telescopios", precisó la EPFL en un comunicado.

Para ello utilizaron el gran telescopio VTL (Very Large Telescope) del Observatorio Europeo Austral (European Southern Observatory - ESO) y dos "lupas" naturales: una galaxia y estrellas.

Los agujeros negros son objetos supermasivos capaces de devorar estrellas, cual gigantescos sifones, y ninguna luz puede escapar de allí.

"Hemos podido probar que la radiación más enérgica es emitida en la región central situada a un día-luz del agujero negro supermasivo" y "hemos podido demostrar que la energía disminuye en función de la distancia al agujero negro, casi exactamente como lo predice la teoría", afirmó Alexander Eigenbrod, del EPFL.

Los astrónomos, europeos y estadounidenses, realizaron su estudio sobre el llamado disco de acreción, examinando la "Cruz de Einstein", un espejismo cósmico célebre, compuesto de cuatro imágenes de una fuente luminosa --un cuásar-- muy lejano.

Un cuásar es una galaxia que posee un agujero negro sumamente masivo en su centro. La materia que rodea el agujero negro es atraída, se calienta y se vuelve muy luminosa, lo que permite observar cuásares bastante lejanos.

Este cuásar está situado aproximadamente a 10,000 millones de años-luz de la Tierra, y su luz es amplificada por el campo gravitacional de una galaxia situada en primer plano, diez veces más cerca de nuestro planeta, lo que provoca un efecto de "lente gravitacional" conocida como "macrolente" o "lupa cósmica".

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